Renfe gasta 1.500 euros al dia en limpiar grafitis de trenes y estaciones asturianas : Noticias de España
En ‘El francotirador paciente’ Arturo Perez Reverte retrata desde dentro el mundo de los
grafiteros, un ambiente que definio como «
marginal, vandalico», proximo al «
terrorismo urbano» y donde prima el riesgo y la competicion contra la normativa y otros grafiteros. «Si es legal, no es grafiti», seria como maxima. El fenomeno da para la literatura, pero tambien ocasiona gastos, molestias y situaciones de inseguridad desde el punto de vista de
Renfe.
La compañia registro 201 actos vandalicos relacionados con los
grafitis en Asturias en el ultimo año del que tiene registros cerrados (2021). Limpiar los desperfectos de los
trenes de viajeros, mercancias y estaciones le ocasiono una factura ese curso de 551.152 euros, segun detalla. Supone un sobreesfuerzo de 1.510 euros al dia para una compañia necesitada de inversiones y modernizacion.
En el ejercicio previo, el 2020, con mas restricciones a la movilidad y menos trenes circulando, las instalaciones de la compañia se vieron menos atacadas, computando 168 acciones. Un curso normal, como el de 2017, anoto 209 intervenciones de los grafiteros. Es decir, el fenomeno es bastante estable; quitando los momentos del covid los trenes y estaciones son blanco de unas 200 firmas de quienes se sienten artistas urbanos.
Situaciones de riesgo
Fuentes de Renfe si detectan una peligrosa evolucion: «Los grafiteros son cada vez mas agresivos, en ocasiones apedrean y lesionan a los vigilantes de seguridad, policias o empleados de Renfe que los sorprenden». En la compañia recuerdan que se han dado casos en los que «apedrean los trenes con viajeros e incluso a los maquinistas, cuando se bajan de la cabina para desactivar el accionamiento de alarma y desbloquear las puertas».
Hay vandalos que aprovechan la noche y la escasa vigilancia en las estaciones para actuar. Los mas peligrosos, a ojos de la compañia, son los que asaltan la circulacion ferroviaria de dia. «Cuando los grafiteros accionan el aparato de alarma de forma injustificada, se produce la parada de emergencia, el tren se detiene de forma brusca y se puedan producir caidas», describe. «Al accionar el aparato de alarma, los grafiteros abren las puertas y saltan a las vias para pintar el tren. Esto es un riesgo tambien para ellos, ya que por otras vias circulan mas trenes y pueden ser arrollados», añade.
Las consecuencias, ademas de esas situaciones de peligro y la factura posterior, las sufren el resto de viajeros, segun lamenta la compañia: «La parada brusca de ese tren no solo afecta al tren detenido, sino a todos los que se encuentran en circulacion en la via, que deben esperar a que el tren reanude la circulacion. Para que el tren reanude la marcha, el maquinista debe ‘rearmar’ el tren (en argot ferroviario), labor que se prolonga hasta 20 minutos».
Los trenes estropeados con la pintura pasan ademas un tiempo fuera de servicio. Si las marcas son de escasa enjundia, se las puede limpiar en unas ocho horas; las de mayor tamaño dejan fuera de juego el convoy «hasta siete dias al afectar a la pintura y la chapa del tren». Un problema mas en una region necesitada de refuerzos en su flota.
