De radioaficionado a espia nazi en Manhattan : Entretenimiento de España
Para Lenze era importante “mostrar el prototipo de la persona que sigue a otros, que no tiende a extremos, que ni es un monstruo ni un heroe”. “Porque en Alemania hubo mucha gente asi, que apoyo al sistema siguiendo a otros. Creyendo que si no se identificaban con un villano o un heroe podian decir ‘yo no participe’. Josef Klein cae en ese enmarañamiento. Dice que no sabe, pero si sabe, lo niega pero participa, y al final esta tan metido que no puede salir”.
Tras quedar libre, Klein volvio a Alemania y vivio en casa de su hermano Carl, con su mujer, Edith, y la pequeña hija de ambos, a la que apodaban Palomita, la madre de Lenze. “En mi familia nunca fue un tabu, se que le perdonaron. Pero creo que Carl siempre estuvo algo resentido con su hermano porque a pesar de tener todas las oportunidades en la vida acabo enredado en el nazismo. En cambio, Carl no pudo emigrar como el a Estados Unidos, como pretendia, porque perdio un ojo en un accidente. Y aunque tuvo que quedarse en Alemania, siempre mantuvo distancia con el regimen nazi, no se afilio al partido y fue critico con Hitler”.
Red nazi en Sudamerica
Josef pidio luego ayuda a la red nazi para viajar a Buenos Aires. “No tenia nada y no acababa de llevarse bien con su familia. Y acudio a los nazis con los que estuvo internado en Ellis Island y con los que habia mantenido el contacto. Aunque se beneficio de la red, sus cartas muestran que en Sudamerica se distancio de ellos. Les criticaba que siguieran colgando fotos de Hitler. Era una relacion ambigua”, admite Lenze, que no se planteo la posibilidad de que tuviera miedo a las represalias si se salia del circulo nazi.
Espias aficionados
En la ficcion, Josef intenta huir de un trabajo en una imprenta de propaganda fascista pero acaba inmerso en la red Duquesne, a la que el FBI tenia controlada gracias al agente doble William Sebold, que recibia visitas de los nazis en una oficina en Manhattan donde los federales les grababan en secreto. “Para los alemanes era mas facil reclutar agentes entre los inmigrantes instalados en Estados Unidos. Pero aquellos espias, en realidad, eran aficionados con poca formacion que no suponian una gran amenaza para Estados Unidos”, valora.
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La novela refleja el muy probable “amor platonico” entre Josef y su cuñada, Edith. “Mi madre -apunta la escritora- recordaba que cuando Carl estaba fuera por trabajo ellos pasaban mucho tiempo en la cocina y se notaba el cariño y la atraccion entre ellos. Creo que mi abuela vio en Josef a un hombre de mundo, interesante, que no tenia la rigidez del caracter de su marido. De camino a Sudamerica le escribio una carta muy afectuosa dirigida solo a ella”.
Lenze descubrio esloganes de la propaganda nazi como ‘Salvemos a America primero’. “Me asusto ver las mismas palabras que usa hoy Trump. Estados Unidos es un pais de inmigrantes, pero ahora la derecha no para de lanzar mensajes hostiles y de señalar a los extranjeros como culpables de las crisis, los salarios bajos, el futuro de las pensiones, los impuestos… Tambien en Alemania y otros paises. Es una crisis global. Y da miedo”.

