El destino se lleva al elegido: Kelvin Kiptum, el formidable atleta que murio en su camino hacia la leyenda : Deportes de España
Y, de repente, se ha ido, provocando un terremoto y dejando un vacio sin molde que encaje. Porque aparecio de la misma manera, boom: tres maratones (Valencia, Londres y Chicago) con dos marcas increibles (2:01.53 y 2:01.25) y un record mundial (2:00.35) fronterizo con el Everest, las dos horas. Kiptum revoluciono los ferreos dogmas de una carrera que hasta entonces solo aceptaba veteranos en su cima y que establecia que la clave de un buen maraton era hacer una gran primera media. Él no, reventaba a los rivales en el segundo parcial, volaba cuando el resto sobrevivia.
Nadie supo dar explicacion al fenomeno mas alla de la eterna sospecha dopante y una tecnologia de laminas y compuestos llegados del futuro, como el. Hakizimana puso cifras, una salvajada semanal de 250-300 kilometros, y muchos sentimientos: “Su deseo de salir de la pobreza”.
Todo habia quedado diseñado para un 2024 inolvidable con dos fechas marcadas: el 14 de abril, en Rotterdam, Kiptum buscaria la hazaña para la que estaba predestinado, correr por debajo de las dos horas esos 42 kilometros y pico. Y el 10 de agosto, en Paris, la maraton olimpica contra Eliud Kipchoge, el gran duelo de los Juegos, la gran carrera que nos ha sido arrebatada en una carretera de Kenia, donde el mejor maratoniano del mundo se dejo la vida, honrada ahora a diario por todos los compañeros que lo recordaran, zancada a zancada, corriendo sobre su huella. Y mientras, las cronicas se acaban dejandose tantas cosas por decir.

