Mexico, al rescate del eje progresista en una Latinoamerica amenazada por el fantasma de la ultraderecha : Internacional de
Andres Manuel Lopez Obrador no es un revolucionario. Por sus venas no corre la sangre jacobina de los caudillos insurgentes. No es, tampoco, un orador prominente. Nunca podra competir con la belleza narrativa de los primeros comunicados del subcomandante Marcos. Pero su humanismo mexicano, un artefacto ideologico tan exitoso como dificil de catalogar, ha alterado el tablero politico de su pais en favor de la izquierda. La abrumadora victoria de su sucesora, Claudia Sheinbaum, en las recientes elecciones presidenciales situa a Mexico como referente del eje progresista en una Latinoamerica amenazada por el fantasma de la ultraderecha.
Mexico se debatia el 2 de junio entre una fuerza progresista hegemonica y una coalicion de centro derecha en decadencia (PRI, PAN y PRD). Al contrario de lo sucedido en otros paises de la region, en Mexico la extrema derecha no pudo siquiera competir en la carrera presidencial. Su principal promotor, Eduardo Verastegui, se estrello antes de empezar. No reunio las firmas necesarias (cerca de un millon, el 1% del padron electoral) para inscribir su candidatura.
El merito de Sheinbaum (la primera mujer que alcanza la presidencia en Mexico) y de Lopez Obrador hace seis años radica en que un partido fundado hace diez años (el Movimiento de Regeneracion Nacional, Morena) haya derrotado a un enemigo mucho mas temible que la ultraderecha: el oligopolio mediatico dominado por Televisa y TV Azteca, implacables arietes de la desinformacion. Con la consolidacion electoral de Morena, no seria de extrañar que los poderes que dominaron el pais durante decadas buscasen un revulsivo electoral. El Partido de Accion Nacional (PAN), eterno adalid del conservadurismo mexicano y gobernante en dos periodos recientes (2000-2006, con Vicente Fox, y 2006-2012, con Felipe Calderon), ha dejado de ser un actor competitivo. Verastegui es un personaje menor pero tambien lo era hace unos años el mandatario ultraderechista argentino Javier Milei, un tertuliano que provocaba hilaridad y vergüenza ajena en las mismas proporciones.

Alivio para la izquierda
Mientras el establishment mexicano busca a su Milei, la izquierda respira aliviada en una America Latina en ebullicion. El triunfo electoral de Sheinbaum, una militante de base, cientifica y academica, consolida la hegemonia de Morena en Mexico y, al mismo tiempo, irradia una energia renovada a todo el espacio progresista en la region. Su protagonismo es hoy todavia mas decisivo y refuerza al bloque en el que destacan el Brasil de Lula da Silva, la Colombia de Gustavo Petro o el Chile de Gabriel Boric.
Si bien la izquierda gobierna en paises de gran peso politico y economico, el conglomerado progresista no tiene la solidez de la que hacia gala en la primera decada del siglo. La marea rosa alumbro a una constelacion de animales politicos con vocacion de enterrar el Consenso de Washington: Lula da Silva, Chavez, los Kirchner, Mujica, Correa, Evo Morales… Eran otros tiempos, con vientos de efervescencia ideologica y unas economias alimentadas por los altos precios de las materias primas.
Lula da Silva ha rescatado a Brasil del infierno en que lo sumergio el excapitan Jair Bolsonaro durante sus cuatro años de mandato (2019-2022). Las maniobras antidemocraticas del expresidente le han valido una inhabilitacion hasta 2030 pero el bolsonarismo -el amplio espectro social que se articula por su odio al oficialista Partido de los Trabajadores– esta vivo y coleando. Y habra que prestar mucha atencion a lo que suceda en Brasil dentro de dos años, cuando un Lula octogenario no pueda, tal vez, echarse a la espalda a todo el frente democratico.
El Chile de Boric estaba llamado a ser la gran esperanza de la izquierda latinoamericana. La realpolitik le esta pasando factura al joven mandatario. El Frente Amplio se desinfla en las encuestas al mismo ritmo que avanza la ultraderecha del pinochetista Jose Antonio Kast, a quien se le pudo ver hace poco en Vista Alegre junto a Santiago Abascal y otros puntales del populismo reaccionario internacional. Mientras, en la vecina Argentina, el kirchnerismo, otrora hegemonico, esta recluido en los cuarteles de un invierno que se preve largo.
Gustavo Petro es el dirigente progresista con mejor bagaje intelectual de la nueva hornada de mandatarios latinoamericanos. Como Lopez Obrador en Mexico, Petro hizo historia en Colombia en 2022 al llevar a la izquierda al poder tras decadas de gobiernos neoliberales. Ambos dirigentes han apostado por la transversalidad, un modelo que ensayo con exito hace años el Frente Amplio uruguayo (en el que cohabitan tupamaros, comunistas, socialdemocratas y liberales). Ese ensanchamiento de las alamedas se ha constatado de manera fehaciente el 2 de junio en Mexico. Morena acudio a las urnas en coalicion con el Partido Verde, una formacion ambivalente y desideologizada que suele aliarse con el caballo ganador. Sheinbaum se impuso en todas las franjas etarias y fue la candidata mas votada no solo por los estratos sociales mas desfavorecidos sino tambien por las clases medias.
Esa convergencia de fuerzas dispares atraidas por el iman del progresismo parece hoy el mejor antidoto contra la efervescencia de la ultraderecha en Latinoamerica. Si Kast y el bolsonarismo representan dos amenazas latentes, Milei (Argentina), Nayib Bukele (El Salvador) y Daniel Noboa (Ecuador) ejemplifican el ascenso al poder de outsiders disruptivos que se aprovechan de la desesperanza, y la ceguera, de la ciudadania en momentos de crisis.
La amenaza de la ultraderecha
Ni el neoliberalismo salvaje de Milei ni la vulneracion de los derechos humanos practicada por Bukele y Noboa han afectado demasiado a la aceptacion de estos mandatarios. Bukele es hoy amo y señor de El Salvador, un autocrata adorado por la mayoria y al que trata de emular el joven e inexperto Noboa en Ecuador. Alarmante es el caso argentino, por su peso especifico en la region, por su tradicion politica y por la probada resistencia de sus movimientos sociales. Ni el peronismo tradicional, ni su ala setentista encarnada por Cristina Kirchner, han hallado todavia la formula para contrarrestar el efecto Milei. El mandatario ultraliberal, a quien algunos le auguraban una pronta salida en helicoptero desde la Casa Rosada, se esta merendando poco a poco a la derecha tradicional de Mauricio Macri. Cuenta todavia con una popularidad nada desdeñable (50%) si se tiene en cuenta el desaguisado economico y social que se trae entre manos (una grave perdida adquisitiva de los jubilados y asalariados y un aumento de la pobreza).
En un reciente estudio de la Fundacion Friedrich Ebert, cercana al Partido Socialdemocrata aleman, el politologo chileno Cristobal Rovira constataba que el aterrizaje y ascenso de la extrema derecha en Latinoamerica es todavia un fenomeno de dificil diagnostico. Presenta multiples aristas, pero se pueden identificar al menos dos factores que habrian contribuido a su implantacion: el agotamiento del ciclo dorado de la izquierda y la incapacidad de la derecha clasica para elaborar propuestas programaticas que cautiven a un segmento amplio del electorado. Ese vacio de representacion ha sido aprovechado por nuevos actores politicos que se nutren de las experiencias previas en Estados Unidos y Europa.
Hoy la izquierda es todavia hegemonica en la region pero el fantasma de la ultraderecha la recorre de punta a punta. Por eso cobra mas relevancia la pagina que se ha escrito en Mexico el 2 de junio. Sin protagonismo efectivo durante los años de la marea rosa (en los que gobernaba la derecha del PAN), el Mexico de Sheinbaum sale hoy al rescate del bloque progresista latinoamericano.

