“Nos quieren matar de hambre”: la situacion desesperada de los armenios del Alto Karabaj : Internacional de
Las rutinas de Gayane Grigoryan hace meses que entraron en terreno desconocido. Cada mañana se levanta al alba para ponerse en cola frente a la panaderia con la esperanza de recibir media hogaza racionada de pan. Luego camina varios kilometros hasta la universidad, donde da clases de ingles, un viaje forzoso a pie por la falta de combustible para el transporte. Al salir del trabajo, pasa la tarde llamando a familiares y amigos en busca de patatas, verduras, aceite o cualquier cosa con la que alimentar a sus tres hijos. No hay mucho donde elegir: la unica comida que queda en el enclave es la que se produce en las huertas de minifundio y los campos de cultivo, estos ultimos, tambien asediados militarmente. “La gente tiene mucho miedo. No sabemos que pasara cuando llegue el invierno. Necesitamos ayuda urgente de la comunidad internacional“, dice esta mujer de 41 años al otro lado del telefono.
Como les sucede al resto de armenios del Alto Karabaj, unas 120.000 personas que constituyen el 95% de la poblacion, Grigoryan se dedica unicamente a sobrevivir desde que Azerbaiyan bloqueara hace nueve meses la unica carretera que une el territorio con Armenia. El llamado corredor de Lachin, por el que entraba el 90% del comercio exterior de este empobrecido enclave montañoso del Caucaso que declaro su independencia de Baku en 1991, una maniobra sin reconocimiento internacional que ha dado a pie a dos guerras entre la Armenia cristiana y el Azerbaiyan musulman desde entonces. La nueva republica secesionista adopto el nombre de Artsaj y levanto unas instituciones que siguen gobernando ‘de facto’ el territorio.
La soga del bloqueo no ha dejado de tensarse. Desde mediados de junio, Azerbaiyan ni siquiera permite la entrada de ayuda humanitaria. Ni comida. Ni medicinas. Ni pañales. Ni productos de limpieza. Tampoco combustible. Un bloqueo sin fisuras que ha dejado las tiendas vacias y ha obligado a racionar el pan a razon de 200 gramos diarios por persona. La malnutricion empieza a ser rampante. “Nos quieren matar de hambre. Es una estrategia de terror psicologico para que nos marchemos. Baku quiere quedarse con el territorio, pero sin su poblacion armenia”, afirma Grigoryan en una conversacion con EL PERIÓDICO. El candado del corredor de Lachin es tan impenetrable que solo se permite la salida de enfermos en situacion critica, evacuados en convoyes de la Cruz Roja.
Crisis humanitaria y acusaciones de genocidio
Con la devastadora invasion rusa de Ucrania todavia en marcha, la crisis en el Alto Karabaj apenas ha movilizado a la comunidad internacional, a pesar de las advertencias de diversos organismos. El pasado mes de febrero la Corte Penal Internacional (CPI) ordeno a Buku la reapertura del corredor de Lachin y, en agosto, Naciones Unidas exigio el levantamiento del bloqueo para paliar la “acuciante crisis humanitaria“. Desde entonces, respetados juristas internacionales sostienen que las politicas de Azerbaiyan son constitutivas de “genocidio” contra la poblacion armenia.
“Este genocidio no implica crematorios ni ataques a machetazos. Pero el bloqueo de comida, aceite, medicina y otros bienes esenciales deberia considerarse un genocidio”, escribio en agosto el que fuera fiscal jefe del CPI, Luis Moreno Ocampo. No esta solo en su interpretacion. “El bloqueo tiene intenciones genocidas, ya que busca eliminar a la poblacion de Artsaj, ya sea a traves del desplazamiento forzoso o de la hambruna colectiva“, dijo en agosto el Instituto Lemkin para la Prevencion del Genocidio. La crisis todavia no ha llegado a ese punto, pero pocos se atreven a descartarlo si la situacion se prolonga. A mediados de agosto murio la primera persona por malnutricion, segun las autoridades locales, mientras que los abortos involuntarios se han cuadriplicado desde el inicio del bloqueo.
Integracion o expulsion
El Gobierno azerbaiyano de Ilham Aliyev no oculta sus intenciones. Tras haber recuperado el control de todo el territorio que rodea el Alto Karabaj en la guerra de 2020, exige a su poblacion que renuncie a la secesion o la union con Armenia, desmantele las instituciones de Artsaj y se integre en Azerbaiyan adoptando su ciudadania. “Los separatistas del Karabaj deben entender que solo tienen dos opciones: o aceptan vivir bajo la bandera de Azerbaiyan o se tendran que marchar”, dijo el presidente azerbaiyano en abril. Ese mismo mes levanto un ‘checkpoint‘ en el corredor de Lachin y el 15 de junio lo cerro del todo vetando tambien la entrada de ayuda humanitaria. “Todo hace indicar que Baku ve el ‘checkpoint’ como una forma de afirmar su control sobre un territorio que legalmente le pertenece, pero que esta fuera de su alcance segun los terminos del armisticio”, sostiene el Crisis Group, una organizacion dedicada a la resolucion de conflictos.
Tras el armisticio de hace tres años, alcanzado con la mediacion de Moscu, unos 3.000 soldados de paz rusos se desplegaron en la zona como garantes del acuerdo, que establecio la libertad de movimientos a traves del corredor que comunica el Alto Karabaj con Armenia. Pero Azerbaiyan se ha saltado sus terminos a la torera sin que los militares del Kremlin hayan movido un dedo.
“Aqui hay una operacion de limpieza etnica en marcha, pero el mundo no mueve un dedo porque le interesa el gas de Azerbaiyan“, protesta el exdiputado armenio y activista de los derechos humanos, Tevan Pogoshyan. El grueso de su familia vive en el Alto Karabaj. “Los padres no pueden alimentar a sus hijos; los ancianos estan atrapados, y las embarazadas y los enfermos no llegan a los hospitales porque no hay gasolina. La situacion es catastrofica“, clama al otro lado del telefono.
La economia esta paralizada. Y la falta de combustible complica enormemente la recoleccion de los productos del campo y su traslado a destino. A lo que habria que añadir las denuncias documentadas en video que acusan a los militares azerbaiyanos de disparar contra los agricultores que trabajan en las tierras del perimetro del Karabaj. “El trigo no se esta recogiendo porque disparan con francotiradores y drones”, afirma Pogoshyan desde Erevan. Hay tambien cortes diarios de electricidad y escasez de gas debido a las frecuentes interrupciones del suministro dictadas desde Baku.
Amenaza de una nueva guerra
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Como parte de su estrategia para tomar progresivamente el control del Alto Karabaj, y al mismo tiempo defenderse de las criticas crecientes contra el bloqueo, Azerbaiyan se ha ofrecido a permitir la entrada de ayuda humanitaria a traves de una de las carreteras que une el Karabaj con el resto de su territorio. Pero tras decadas de conflicto, miles de muertos y campañas de limpieza etica en ambos bandos, la resistencia de los armenios a aceptar la “ayuda” del enemigo –el mismo que los mantiene sitiados– es mayuscula. “Todo esto es una estratagema para forzar nuestra integracion en Azerbaiyan. La historia ha demostrado que no podemos convivir en paz. Queremos ser parte de Armenia”, dice Gayane Grigoryan, la profesora de ingles.
A pesar de esas reticencias, este mismo martes entro un primer convoy de ayuda humanitaria a traves de una de las carreteras azerbaiyanas, la primera vez que las autoridades del Alto Karabaj permitian algo asi en mas de tres decadas. Toda una muestra de la situacion critica de la poblacion, que teme tambien la reanudacion del conflicto armado en cualquier momento. “Queremos paz, pero pase lo que pase no nos vamos a marchar”, afirma desafiante Grigoryan.

