El fin de los siniestros centinelas de la virtud : Internacional de
Las Gasht-e-Ershad, patrullas de «orientacion» o Policia de la moral, conforman una especie de limbo autonomo en la estructura de poder politico, judicial y religioso de Iran. Pertenecen al ambito de las fuerzas de seguridad, pero al mismo tiempo no dependen de la judicatura ordinaria y su principal respaldo procede de las milicias Basij, una fuerza paramilitar creada originariamente para luchar en la guerra Iran-Irak en la decada de 1980. Su funcion principal consiste en supervisar el cumplimiento del codigo de vestimenta islamico y las ordenes relativas a la moralidad. El precepto sirve tanto para hombres como para mujeres, pero fundamentalmente las patrullas se dedican a vigilar a estas ultimas con una hipotesis absurda a la vista de los criterios occidentales. Segun han manifestado algunos de sus miembros, se trata de «protegerlas» de los peores instintos masculinos evitando que vistan de manera «provocativa» o «inadecuada».
Parece un argumento de ficcion, pero bajo el han sido castigadas, multadas y detenidas numerosas mujeres desde la fundacion oficial de la institucion en 2007. No obstante, su funcionamiento es muy anterior. Las propias milicias Basij llevan decadas vigilando el «cumplimiento de la moral» en las universidades, donde empieza la educacion mixta. A partir de 2016, la Camara irani decidio una reforma legislativa para limitar la intervencion directa de esta Policia, aunque sus competencias siguen siendo tremendamente difusas y su peso en la sociedad se mantiene inalterable. En la practica, casos como el de Masha Amini demuestran que los agentes se arrogan la potestad de efectuar arrestos y, en cualquier caso, una autoridad suficiente como para comunicar cualquier «transgresion» a las fuerzas de seguridad y que estas completen las detenciones.
Una patrulla arresto en plena calle a Masha Amini a mediados de septiembre porque se le veia un mechon de cabello suelto fuera del velo. Una absoluta insignificancia que le costo la vida. La joven fallecio bajo custodia policial. Segun el regimen, el obito se produjo por problemas de tipo cardiaco. Para la familia y los forenses, debido al traumatismo craneal ocasionado por repetidos golpes en la cabeza.
Su muerte, aunque horrible, puede salvar ahora a otras muchas mujeres iranies si se confirma que las reiteradas protestas populares desatadas en estos dos ultimos meses y la dura reaccion internacional contra el Gobierno van a acabar con la disolucion de la siniestra brigada. Los foros iranies arden esta mañana de domingo con la noticia. Lo ha anunciado el fiscal general. Se trata de un paso social y politico historico. Como el propio fiscal ha argumentado, la Policia de la moral es ajena a la judicatura irani. Incluso ha sido puesta en tela de juicio por los propios tribunales oficiales de la moralidad. Pero disolverla ha sido tradicionalmente una linea roja para el Gobierno de un pais tan atrapado bajo los designios del conservadurismo.
Queda la sospecha de que se trate de una operacion cosmetica para demostrar que el regimen es sensible ante las protestas y que, al fin, aunque sea de manera indirecta, ofrece una respuesta al fallecimiento de Amini. Aun asi, de un modo u otro, representa el presunto final de una espada de Damocles sobre miles de ciudadanos y, especialmente, de un colectivo femenino que comienza a desafiar las rigidas conductas del regimen con velos de colores o ropa de estilo mas europeo. La ley no solo impone el hijab; tambien prohibe los vestidos ajustados, la minifalda o unos simples vaqueros rasgados. No obstante, el Parlamento irani admitia hace cuatro años en una encuesta que un 60% de las mujeres, sobre todo, jovenes, no cumplia permanentemente las normas de vestimenta. Incluso el presidente de esta Camara, Mohammad Bagher Ghalibaf, avalo recientemente la investigacion de «los procesos y el metodo de implementacion en las patrullas de orientacion».
Miles de agentes
Se calcula que unos 7.000 guardas de paisano forman parte de la particular agencia que lucha contra el «vicio» en Teheran. Son muchos mas, evidentemente, si se añaden los vigilantes de conducta diseminados en aldeas y poblaciones menores. La mayoria proceden de la milicia Basij o son reclutas que cumplen el servicio militar. Los voluntarios se han formado en el mas estricto conservadurismo religioso. Pueden resultar unas unidades muy peligrosas, sobre todo en las aldeas mas integristas. En 2016, cuando el propio cuerpo decidio reforzarse ante el beneplacito de la Policia, desato el enfado del presidente Rohani y una ola de indignacion recorrio tambien Teheran. Entre las funciones de ese refuerzo figuraba el despliegue de agentes encubiertos que todavia hoy paran a aquellos hombres que molestan a las mujeres y tambien a todo aquel ciudadano o ciudadana que viste ropa de color llamativo. Anotan ademas las matriculas de los coches que emiten musica a volumen elevado o en cuyo interior se ve a mujeres que se han despojado del velo aprovechando la reserva del vehiculo.
Una pareja perteneciente a la Policia de la moral (ella vestida con el chador oscuro) sanciona a una joven en Teheran por dejar parte de su cabello al descubierto. /
A estas submilicias no solo pertenecen hombres, tambien hay muchachas entre sus filas ataviadas con el chador, el velo que cubre de la cabeza a los pies y unicamente deja parte del rostro al descubierto. Las patrullas, de hecho, estan formadas por cuatro hombres y dos mujeres y se desplazan en camionetas. Eligen plazas y calles concurridas para supervisar que las iranies vayan vestidas segun ordenan sus normas. Tambien suelen recorrer el interior de los centros comerciales, convertidos en los grandes foros donde reunirse, tomar algo y charlar. Algunos movimientos de protesta ven estas rondas como una «presencia continua y asfixiante destinada a ejercer presion y que las mujeres sepamos que nos hallamos siempre bajo su vigilancia».
Uno de los problemas de encontrarse con estas patrullas reside en la dificultad para saber que esta bien o mal en su particular tabla de valores. Asi lo señalan los movimientos feministas, pero tambien determinados lideres institucionales. La ley establece que las mujeres deben cubrirse la cabeza con el velo una vez llegada la adolescencia, pero luego estas milicias realizan sus propias interpretaciones y aplican criterios que pueden diferir de unas a otras con la finalidad de «prevenir la virtud».
Lo mas leve que puede suceder en una interceptacion es que los policias indiquen a una ciudadana como vestir o le desaconsejen usar cosmeticos. A partir de ahi, puede desatarse el infierno: desde recibir una sancion hasta ser conducida a un «centro correccional» para recibir «instruccion». Bajo este termino se engloban normalmente las «charlas de concienciacion», que pueden extenderse hasta «las bofetadas» e incluso «los latigazos», segun algunas organizaciones humanitarias. De esto ultimo, denuncian las ONG, saben bastante las parejas sorprendidas besandose «inapropiadamente» en la calle. Lo habitual en las detenciones mas leves es que el mismo dia la victima (normalmente, mujer) quede en libertad bajo la custodia de un hombre de su familia al que previamente se le exige que lleve ropa «adecuada» para la detenida. Masha Amini no tuvo esa fortuna.
