La paradoja peruana: El Congreso da su confianza al Gobierno mientras la Fiscalia lo investiga por genocidio : Internacional de
Peru ha vivido un nuevo galimatias politico. El Congreso de Peru ha dado su voto de confianza al nuevo Gobierno que dirige el primer ministro Alberto Otalora, pese a las 47 muertes registradas ya durante las protestas en el pais, mientras la Fiscalia General anunciaba una investigacion sobre el gabinete y la presidenta Dina Boluarte por un presunto delito de genocidio. Nada de eso ha bastado para que el Ejecutivo pasara sin apuros el tramite de ser refrendado por el Parlamento tal y como obliga la ley, treinta dias despues de su formacion como salida urgente al autogolpe del detenido expresidente Pedro Castillo. La creciente dureza con la que se emplean las fuerzas de seguridad contra los manifestantes y la actitud institucional, que hoy ha decretado un dia de duelo nacional por los fallecidos pero no ha sido capaz de aplazar el acto de investidura como señal de respeto, han exacerbado aun mas los animos de la poblacion y acuñado una amplia critica de la comunidad internacional.
El Ejecutivo logro del Parlamento 73 votos a favor, 43 en contra y media docena de abstenciones en una sesion no exenta de acusaciones, peticiones de responsabilidades y excesos verbales. La ratificacion de Otalora y sus ministros mostro la division politica del pais: la derecha en pleno, liderada por Fuerza Popular, alineada al fujimorismo, respaldo al gabinete mientras la izquierda hizo lo contrario. El posicionamiento es importante. Fue la misma izquierda la que en su dia abrigo a Boluarte en sus primeros pasos politicos y la situo al lado de Pedro Castillo en las pasadas elecciones. Eran otros tiempos, previos a que todo estallase durante una complicada legislatura plagada de cambios de ministros e imputaciones por nepotismo y corrupcion, cuyo climax acelero el propio Castillo con un bochornoso e efimero autogolpe de Estado.
El diputado Guillermo Bermejo, de Peru Democratico, inauguro la andanada al negar su apoyo a la investidura porque el Gobierno «no tiene la razon, ni tiene al pueblo» de su lado. La ex primera ministra Mirtha Vasquez se quejo de que el acto institucional no se hubiera suspendido en atencion a la tragedia humana que vive la nacion. Otra parlamentaria, Margot Agüero, de Peru Libre, exhibio un gran cartel donde podia leerse ‘gabinete de la muerte’. Y muchos en la bancada de izquierdas lo jalearon saludando la entrada de los ministros en el hemiciclo al grito de «asesinos».
Sin embargo, la intervencion mas extrema correspondio al congresista de Peru Libre Wilson Quispe. Mostro al aire un brazo embadurnado de pintura roja y pregunto al primer ministro si queria «ver mas sangre» tras el casi medio centenar de fallecidos que se cobra ya la represion de las protestas. «Esa sangre es la que esta regada en la region de Puno, Ayacucho, Apurimac y Andahuaylas», ennumero en referencia a los departamentos donde las revueltas han sido mas tragicas.
Alberto Otalora simulo encajar todos los gestos, todas las criticas, todas las denuncias, con entereza. Ya han surgido criticas a la aparente indiferencia del Ejecutivo ante la desmesura de la violencia y no pasan desapercibidas iniciativas como la llevada a cabo por las funerarias de Puno, que este martes enviaron a las puertas de la morgue del hospital Carlos Monge, en Juliaca, dieciocho feretros para que los familiares de los otros tantos fallecidos el lunes en esta ciudad entierren a los suyos. La poblacion y las organizaciones humanitarias empiezan ya a hablar de estos sucesos como la «masacre de Juliaca» mientras echa a andar la investigacion fiscal para esclarecer la intervencion de las fuerzas de seguridad. Al menos nueve de los fallecidos lo fueron por disparos de armas de fuego.
Lejos de Juliaca, el primer ministro, que llego con su gabinete en autobuses fuertemente escoltados a la sede del Parlamento en Lima, aseguro que el Ejecutivo al completo esta «trabajando por el pais» y por «unir a los peruanos». Frente a los gritos de «asesinos», afirmo que la Policia «garantiza la vida de quienes protestan» y que «el uso de la fuerza se regula en protocolos establecidos». Tambien confio en las indagaciones abiertas en torno a los altercados mortales y destaco la necesidad de preservar «el derecho de defensa de los efectivos» policiales.
Se pronuncio asi curiosamente horas antes de que la Fiscalia General anunciara que sopesa abrir una «carpeta» contra la presidenta Boluarte y varios altos cargos del Gobierno por la matanza de Juliaca. La jefa del departamento, la fiscal Patricia Benavides, ha asegurado que «ninguna muerte quedara impune» y subrayado la importancia de las investigaciones contra «los altos funcionarios que resulten responsables de todo lo que esta ocurriendo».
Las pesquisas preliminares afectan a la presidenta, al primer ministro, Alberto Otalora, y a sus responsables de Interior y Defensa, Victor Rojas y Jorge Chavez, respectivamente. Sobre todos ellos pesan unas diligencias por presuntos delitos de «genocidio, homicidio calificado y lesiones graves», que la Fiscalia vincula al medio centenar de fallecidos registrados en las ultimas semanas en las protestas de Apurimac, La Libertad, Puno, Junin, Arequipa y Ayacucho.
Reaccion internacional
La indignacion no solo crece en la comunidad andina. Amnistia Internacional ha exigido a Boluarte que «cese de inmediato» el «uso excesivo de la fuerza» contra los civiles. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha tachado directamente de «masacre contra la poblacion» la situacion en Peru. Su homologo chileno, Gabriel Boric, recordo al ministro Otalora que el «Estado debe siempre resguardar y respetar los derechos humanos». Naciones Unidas ha mostrado, por su parte, una «profunda preocupacion» y llamado a las fuerzas de seguridad peruanas a garantizar que »solo se hace uso de la fuerza cuando es estrictamente necesario y, en tal caso, respetando plenamente los principios de legalidad, precaucion y proporcionalidad». Finalmente, una delegacion de la Comision Interamericana de Derechos Humanos esta ya en ruta hacia el pais para realizar entre hoy y el viernes una visita a las regiones del sur que son el epicentro de los disturbios.
Si las investigaciones judiciales o la reaccion internacional sirven de algo, se vera en los proximos dias. Pero los pronosticos son pesimistas. En medio de una incertidumbre al alza entre la poblacion, que teme una inmersion todavia mayor en un baño de sangre ante lo irreconciliable de los posicionamientos, el primer ministro ha venido a alimentar los miedos al dejar claro que no habra margen a las revueltas ni dejara que las movilizaciones ocupen Lima. En su discurso en el Parlamento ha explicado que «respondera con firmeza» contra lo que considera una «resaca golpista» e insisitido en que existe un intento de perpetuar el golpe de Estado de Pedro Castillo.