El hartazgo de los usuarios: viajes sin luz, averias, retrasos… : Noticias de España
El tren de la antigua Feve que habia salido a las diez de la mañana de la estacion de Oviedo, con destino a San Esteban -linea C7-, se detuvo en Pravia. En el interior del convoy habia tan solo dos viajeros. Pasaba el tiempo, lento, y no recuperaba la marcha. A los veinte minutos de estar parado entra una joven que, sin portar identificacion alguna, informa del retraso. ¿El motivo? «El tren procedente de Gijon -el de la linea C4 con destino Cudillero-, no se el motivo, llega tarde y se tiene que hacer un cambio del maquinista». Los problemas van, desde entonces, en cascada. Treinta minutos tardo en recuperar la marcha hasta su destino. Pero tenia que haber salido a las 11.46 de San Esteban para volver a la capital del Principado. Lo hace un cuarto de hora mas tarde. Los usuarios del servicio sentencian: «Esto es lo habitual».
El tren, en ocasiones, coge velocidad y, en otras, va a paso de tortuga. Se detiene sin motivo aparente entre dos apeaderos y recupera la marcha. «Nunca se sabe lo que ocurre. No hay alguien a quien poder recurrir. ¿El revisor? Por aqui no pasa. Si quieres saber algo tienes que preguntar al resto de viajeros con mas experiencia a ver si te dicen algo», explicaba Jennifer Nsue, una usuaria habitual. En el mismo vagon viaja el joven Enrique Menendez. «Para estar a las once de la mañana en Oviedo, por tema de estudios, tengo que coger el tren de las ocho y media desde Pravia». Lo normal es que en ese trayecto tarde una hora y veinte minutos. «Cuando se cumple el horario, que es casi ciencia ficcion, me quedo tirado una hora en Oviedo. Pero es que no me fio, porque lo normal es llegar tarde».
Y ese es uno de los principales problemas de la empresa publica. «Es el mayor error que se comete, que los viajeros pierdan confianza en el servicio y dejen de usarlo». La joven Jennifer Nsue lo tiene claro: «Porque no tengo mas remedio que coger el Feve. Si tuviera otra opcion, iba en autobus».
Arancha Sosa coge el autobus en Sotrondio. En la linea C5 -Gijon-Laviana- no hay trenes en el tramo hasta El Berron (Siero) por obras de mejora en el recorrido. «Voy a Oviedo. Tardo dos horas en ir y dos en volver para trabajar cinco. Tiro cuatro horas del dia», se queja. ¿El trasbordo en autobus es problema? «Para nada, incluso tardo unos minutos menos».
La mayoria de los viajeros consultados coinciden en determinar un diagnostico de la ‘enfermedad’ del servicio de ancho metrico en la region. «Es una conjuncion de varios problemas. Uno de los principales es que los trenes son muy viejos, van muy lentos, se estropean con demasiada frecuencia y son ruidosos», señala Fidel Vega, usuario habitual de la linea C5. Pero no solo eso. «Tambien parece que hay desorganizacion en el personal de la empresa, nunca hay gente suficiente para atender al viajero», añade.
«Los trenes estan todos destartalados», señalan Ángeles Fernandez y Ángeles Rojo, usuarias que se subieron al convoy en San Esteban direccion a Pravia. «Es un trayecto corto y tarda mucho tiempo. Y ya si tienes que desplazarte hasta Oviedo o Gijon, el viaje se hace eterno». ¿Hacen falta trenes nuevos? La mayoria de los viajeros contestan que si; pero no solo eso. «De poco sirve que pongan unidades modernas si las vias son viejas y fuerzan a circular a baja velocidad». Los chistes sobre las medidas de los tuneles y los convoyes que no caben son constantes. «¡Pero si eso ya se sabia de hace tiempo, que no vengan ahora con cuentos!».
Daños y suciedad
Las dos usuarias comentan, ya entre ellas, que prefieren coger el coche particular para hacer sus trayectos a la capital del Principado. «Si el servicio fuera mejor, claro que usaria mas el tren. Pero estan dejando morir el transporte publico ferroviario». Valentin Benavente usa el tren desde Infiesto con destino Gijon. «Me da tiempo a leer muchos libros», bromea, «pero es verdad». «Nadie atiende al viajero y mira que son muchas las incidencias durante el viaje».
Pero ademas de retrasos, los viajeros se quejan del abandono que sufren los trenes. «Hay veces que hay mucha suciedad, da autentico asco», afirman Teresa Perez y Jose Manuel Sierra, que se dirigen a Pola de Siero. Otros tambien se quejan se esa falta de higiene, pero posan los pies en el asiento de enfrente.
Juan Carlos Hevia es un usuario puntual que cogio el tren desde Oviedo hasta Pola de Siero. «Eran las siete de la tarde y la unidad, que era de un solo vagon, iba a reventar. Creo que superaba el aforo maximo». Se mostraba sorprendido por el estado del material. «Una fila de asientos, de los que se pliegan, estaba suelta y se movia golpeado al resto de bancadas. Éramos los propios viajeros quienes teniamos que sujetar esa pieza. Los politicos hablan mucho estos dias, pero tenian que dejar aparcados sus flamantes coches oficiales y probar a viajar en estas condiciones. Seguro que, de este modo, iban a cambiar las cosas», se queja el sierense.
Son muchas las defieiencias: maquinas expendedoras de billetes que se averian de forma constante; falta de atencion al ciudadano en las estaciones; pintadas en el interior y exterior de los trenes,… Hasta falta de luz. «Este verano fui a Candas en tren y al pasar por los tuneles, el tren a oscuras. Como hace un siglo», se quejaba un usuario de esta linea.