Como el baloncesto salvo a las niñas refugiadas de Shatila: “Quiero ser exitosa y tener mi propia vida, no casarme y estar en casa” : Deportes de España
Rola esta un poco afonica. Vive cada lanzamiento que pasa por el aro como una victoria. Hace diez años, un pintor palestino, Madji, formo un equipo femenino de baloncesto en el campo de refugiados de Shatila, en Beirut. Queria evitar que su hija sufriera un matrimonio infantil. A traves de la pelota, mas de un centenar de niñas ha podido practicar deporte y pensar que otra vida es posible. El domingo, en Fontajau, el Palestine Youth Club culminara su viaje por Catalunya con el Uni Girona – Perfumerias Avenida, que servira para recaudar fondos dentro de la campaña ‘Nenes Valentes’.
Los matrimonios infantiles, el abandono escolar o las drogas son algunos de los destinos habituales para muchas chicas del campo. La canasta se ha convertido en su salvavidas. “El baloncesto les tiene que servir de trampolin. Les da la oportunidad de salir de la rueda en la que viven otras chicas. Es una oportunidad para que salgan adelante”, asegura el entrenador Madji Majzoub. Bajo la iniciativa Basket Beats Borders – el baloncesto vence las fronteras -, han podido viajar a Madrid, Irlanda, Bilbao o Roma.