España tendra que realizar un ajuste de 14.000 millones para cumplir con las exigencias de Bruselas : Noticias de España
Si el Gobierno quiere rebajar el desequilibrio en las cuentas hasta el 3% del PIB -el maximo permitido por Bruselas- debera reducir la brecha entre lo que ingresa y gasta el pais hasta llevarla al entorno de los 42.200 millones. Sin embargo, esta tarea no es sencilla. En primer lugar, porque en ese proceso de ajuste el Gobierno no puede reducir el gasto en intereses por el pago de la deuda, que esta previsto que alcance el 2,4% del PIB (33.800 millones o el 61% del deficit previsto este año) Hacerlo, implicaria impagar a los acreedores de España, con el consiguiente daño reputacional para el pais.
Para poner en contexto la cifra, 14.000 millones son, en terminos presupuestarios mas de lo que se gastara en politica de defensa este año (12.827 millones) y algo menos que los 14.623 que la Seguridad Social se dejara en abonar las prestaciones no contributivas (complementos a minimos de las pensiones, pensiones no contributivas, el ingreso minimo vital, prestaciones familiares y otras).
Tres años para cuadrar las cuentas
Sin embargo, todo apunta a que este ajuste quedara en manos del Gobierno que salga de las urnas tras las proximas elecciones generales previstas para diciembre. En principio, el Ejecutivo actual no tiene previsto presentar presupuestos para 2024, lo que provocaria una prorroga de las cuentas publicas aprobadas para este año.
El gran problema de la deuda
En este sentido, conviene recordar que las reglas fiscales europeas establecen un limite maximo de deuda del 60% del PIB, un umbral que actualmente incumplen 13 Estados miembros. Y, aunque la norma no obliga a rebajar la deuda a ese 60% del PIB en tres años (algo que resultaria imposible sin desmantelar el Estado del bienestar), si exigen que se fijen objetivos para asegurar que la reduccion de deuda es “plausible y continua”.
Todo ello en un contexto en el que la hacienda publica enfrenta un futuro lleno de retos presupuestarios. El envejecimiento, con el gasto en pensiones y sanidad que trae aparejado, la transicion ecologica o la digitalizacion son desafios que potencialmente tensionaran las cuentas publicas durante los proximos años. Elementos que se juntan en el corto plazo con las fuertes subidas de tipos de interes, que han encarecido sustancialmente el precio que pagan los Estados por financiarse.