Gobierno de Colombia le pide perdon a cuatro comunidades indigenas de la Amazonia : Noticias de Colombia
El Gobierno de Colombia pidio perdon este martes a cuatro pueblos indigenas de la Amazonia por la violencia de la que fueron victimas durante los tenebrosos años de la fiebre del caucho, que puso al borde del exterminio a esas comunidades.
“Como Gobierno debemos mirarlos y pedirles perdon”, dijo el ministro de Cultura, Juan David Correa, en un acto celebrado en la localidad amazonica de La Chorrera, delante de la que fue sede de la Casa Arana, la industria cauchera del empresario peruano Julio Cesar Arana que en las primeras tres decadas del siglo XX esclavizo y promovio el genocidio de miles de indigenas.
Correa recordo “la crueldad de unos hombres, encabezados por Julio Cesar Arana, que se ensaño con este territorio”, ante centenares de indigenas de los pueblos uitoto, bora, okaina y muinane congregados en el lugar.
La fecha escogida para el acto fue la celebracion de los 36 años de la entrega a esas comunidades del resguardo Predio Putumayo, de cerca de seis millones de hectareas, que el 23 de abril de 1988 hizo el entonces presidente Virgilio Barco en una visita al lugar.
“Les traigo mi saludo, les vengo a decir una buena noticia, una palabra de verdad: Por fin, la tierra que es de ustedes es de ustedes”, con esa frase con la que hace 36 años Barco (1986-1990) restituyo oficialmente a los indigenas lo que les habia arrebatado la Casa Arana, el gobernador del departamento de Amazonas, Óscar Sanchez Guerrero, expreso la importancia de ese momento.
Una nacion en la selva
Con la creacion del Predio Putumayo nacio la Asociacion Zonal Indigena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera (Azicatch), que administra ese vasto territorio selvatico situado en el corazon de la Amazonia colombiana.
El acto coincidio ademas con el centenario de la publicacion de la novela ‘La voragine’, del escritor colombiano Jose Eustasio Rivera, que en 1924 asombro al mundo con su relato de las crueldades que la Casa Arana cometia en La Chorrera, donde segun algunos datos fueron asesinados mas de 60.000 indigenas sometidos a la esclavitud.
“Este lugar marcado por la tragedia nos enseña lecciones que no debemos olvidar”, agrego el gobernador del Amazonas.
En la celebracion, hombres y mujeres, jovenes, viejos y niños de los pueblos uitoto, bora, okaina y muinane hicieron danzas tradicionales y tuvieron la oportunidad de dirigirse a las autoridades para reivindicar sus derechos.
Descendientes de los legitimos dueños
El catequista Reinaldo Giagrekudo dio la bienvenida en la lengua de los uitoto, tras lo cual todos cantaron los himnos de Colombia, del Amazonas y de La Chorrera, un caserio de unos 3.800 habitantes que en su mayoria viven selva adentro.
El presidente de la Azicatch, Ángel Eduardo Ceriyatofe, recordo que de esa asociacion hacen parte 22 cabildos de los cuatro pueblos nativos que tienen su propio gobierno y gestion de recursos, aunque territorialmente estan dentro del departamento del Amazonas.
“Nos autodenominamos los hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce“, manifesto Ceriyatofe, quien pidio “que se siga investigando porque hay cosas que no se han escrito todavia de lo que sucedio en los tiempos de la Casa Arana”.
Ademas de ‘La voragine’, las atrocidades de la industria del caucho fueron contadas en otra novela, ‘El sueño del celta’, del premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien se baso en los informes que hizo Roger Casement, consul ingles en Rio de Janeiro, que en 1910 viajo a la zona y denuncio el regimen del terror.
“Estamos recordando esa gran lucha que tuvimos cuando perdimos nuestros territorios a manos de los caucheros Arana”, aseguro el presidente de la Azicatch, quien dijo que “mas que celebrar es recordar esos momentos y hechos que sucedieron” en la region.
Por eso, esperan que el Gobierno ponga sus ojos sobre esa region porque “se tiene que hacer una reparacion”.
A pesar del sufrimiento que han arrastrado, los uitoto, bora, okaina y muinane dieron una muestra de dignidad al subrayar que mantienen viva su cultura y tradiciones.
“No somos huerfanos, somos nietos de jefes, nuestros abuelos ejercieron autoridad sobre estas tierras”, expreso Edwin Rene Teteye, rector del internado y del colegio Casa del Conocimiento, los dos centros educativos de La Chorrera.