De visita a Baia, la ciudad italiana que descansa en el fondo del mar : Noticias de
POZZUOLI – El mar de Napoles, en el sur de Italia, esconde en sus profundidades un tesoro arqueologico: los restos de la antigua Baia, hace dos milenios meta vacacional para los romanos mas poderosos pero cuyas villas, termas y mosaicos acabaron bajo el agua por un lento e inexorable fenomeno volcanico. Hasta nuestros dias.
La historia de Baia recuerda a la mitica Atlantida, una urbe bella y fastuosa engullida por el mar, pero en este caso los restos de su gloria preterita son bien visibles a cinco metros (16 pies) bajo las olas que bañan Pozzuoli, aunque para ello haya que vestirse de buzo.
“Estas estructuras necesitan una atencion constante. Hablamos del mayor yacimiento sumergido del mundo en un contexto delicado” por el mar y la actividad volcanica, explica el director del Parque de los Campos Flegreos, Fabio Pagano.
Al final de la era republicana de Roma, en el siglo I a.C, Baia o Bayas era uno de los enclaves vacacionales predilectos de los patricios, erigido en el crater de un terreno de intensa actividad volcanica que los griegos bautizaron como “flegreo” (ardiente).
El lugar, frente al temible volcan Vesubio que en el 79 d.C arraso Pompeya, atraia a los aristocratas por sus “dos almas”: Baia era regada por preciadas aguas termales y un clima benevolo, mientras Pozzuoli era uno de los puertos mas prosperos del “Mare Nostrum”.
“Era la tierra de la ‘Dolce Vita’”, resume Pagano.
No habia personaje ilustre en aquella Roma “caput mundi” sin un palacio en este lugar, desde Julio Cesar, a Ciceron, Neron o el emperador-filosofo Adriano, que precisamente murio en esta ciudad.
Sin embargo, a mediados del siglo IV d.C los moradores de aquellas mansiones “en primera linea de playa” empezaron a notar que, por alguna razon, el suelo se hundia y el mar avanzaba.
Baia en realidad padecia el “bradisismo”, un fenomeno propio de zonas volcanicas que hace que la altura del suelo varie en funcion del magma que acumula en sus profundidades, como si la tierra se hinchara y contrajera en una respiracion milenaria.
Este inexorable hundimiento obligo a los patricios a abandonar sus propiedades que, para cuando el “bradisismo” se detuvo, alla por el año 650 d.C, ya yacian en el fondo del mar.
La zona, a unos quinientos metros de la costa, esta actualmente protegida para impedir el transito de barcos y solo se puede acceder con unas pocas empresas autorizadas para practicar submarinismo entre las ruinas, como SuBaia, que acompaña en este recorrido.
Ya bajo el agua, el primer edificio en aparecer entre las algas es una vieja villa que enseguida demuestra su fastuosidad con un largo mosaico casi intacto y decorado con peces, curiosamente los mismos que ahora pululan sobre el.
El lugar conserva aun parte de sus muros, colonizados por corales, asi como pavimentos de marmol, columnas y los restos de las canalizaciones de lo que un dia fueron unas termas.
La arena tapa la mayor parte de los mosaicos, pues solo asi pueden ser protegidos de las bacterias, pero pocas brazadas mas adelante aparece entre la tierra otro enorme, como una alfombra de teselas blancas y negras y formas circulares en el fondo del mar.
El unico mosaico que representa figuras humanas fue descubierto hace pocos años y embellecio un complejo termal: en su pavimento, dos hombres combaten eternamente, ahora bajo las olas.
Este viaje en el tiempo tiene tambien parada en el Ninfeo de Claudio, repleto de estatuas, y en la villa de una de las familias mas influyentes, los Pisones. Aunque muchas otras piezas son custodiadas en museos como el Castillo Aragones que corona la bahia.
El Parque Sumergido de Baia, que se empezo a descubrir en 1969 por el hallazgo de dos esculturas, es un yacimiento excepcional que, por su situacion, requiere del constante control de los movimientos teluricos que siguen fraguandose en su subsuelo.
Basta pensar que los Campos Flegreos se componen de 24 volcanes, muchos submarinos y extremadamente activos.
Pero, paradojicamente, el fenomeno que inundo Baia podria, algun dia, hacerla resurgir esta en fase ascendente. “La tierra se esta elevando, en menos de diez años crecio un metro”, asegura Pagano.
Mientras, Baia, “la ciudad mas amena y esplendorosa del mundo” en palabras de Horacio, seguira sorprendiendo a quien se zambulla en su pasado, siempre a merced de los caprichos de la tierra “ardiente” que la vio nacer y que decreto su fin.