«Cada poco tocaba el silbato que me regalaron mis hijas» : Noticias de España
En una vieja cabaña, cuya paja les sirvio de colchon y de abrigo, bebiendo agua del rio y comiendo moras y avellanas. Asi pasaron casi 48 horas las dos
montañeras perdidas el domingo en los montes de Caso. Eva Heredia, de 61 años y vecina del barrio felguerino de Penjamo, y Rosi Hevia, de 65 años y de Bimenes, eran localizadas pasadas las dos de la tarde de ayer por un grupo de efectivos del Grupo de Rescate e Intervencion en Montaña (Greim) y un bombero voluntario del Servicio de Emergencias 112 en un monte de Caso, Pandemules, a diez kilometros de Orle, en Caso, donde habian dejado el coche el domingo cuando iniciaron la ruta. Su localizacion fue posible gracias al sonido que escucho la Guardia Civil: «Durante toda la mañana, hacia sonar cada poco el silbato que me regalaron mis hijas y me escucharon», relato Eva.
Lo explicaba tras encontrarse con su familia en Orle, a donde llegaron ayer sobre las seis de la tarde. «Escuchamos el helicoptero y nos reafirmamos en nuestra certeza de que nos estaban buscando. Sabiamos que la Guardia Civil o los bomberos llegarian hasta nosotras».
Mientras abrazaban a sus hijos, subrayaron que estuvieron «tranquilas». «Dormi toda la noche en una cama que me hizo Eva con la paja de la cabaña», apunto Rosi. Y, segun los efectivos de busqueda, tomaron la mejor decision: quedarse en la primera cabaña que encontraron y no moverse del lugar. Desde alli pudieron comunicarse con el 112 el lunes, pero la escasa cobertura impidio enviar la ubicacion.
Sobre como llegaron hasta esa zona, alejada mas de diez kilometros de la ruta circular del pico Campigüeños que habian emprendido a las nueve de la mañana del domingo, manifestaron: «Nos despistamos bajando del pico, cogimos una canal que no era debido a que comenzaba a bajar la niebla». Un despiste que les hizo descender casi mil metros y llegar hasta Pandemules, en Caso, pero ya muy cerca del concejo de Piloña. Alli localizaron una vieja cabaña que convirtieron en su refugio. «No podiamos hacer nada, ibamos a estar en la cabaña hasta que nos localizasen», remarco Rosi Hevia. Hasta ellas llego uno de los dieciseis grupos que Bomberos de Asturias y el Greim estaban coordinando durante toda al jornada de ayer.
El jefe supervisor de Bomberos de Asturias, Eduardo Rubio, explico que «habian llegado a una zona orograficamente compleja, mala para caminar, pero fueron localizadas en buenas condiciones y pudieron caminar con el personal que las encontro, casi una hora, hasta una zona donde se las pudo trasladar en un vehiculo desde la pista forestal de Espinaredo».
«Mama, del uno al diez: ¿como estas? Dime la verdad», le pregunto Natalia a Eva, su madre, en la primera comunicacion que mantuvieron tras ser localizadas en la cabaña. Eva fue tajante: «Estoy de diez». Y es que la mayor preocupacion de Eva y Rosi era como estarian sus hijos. Porque estaban, como es logico, muy preocupados.
Natalia y Vanesa Iglesias, hijas de Eva Heredia, y Elena Castañon, hija de Rosi Hevia, llegaron al pueblo casin de Orle en la tarde del domingo. Pasaron la noche en unas sillas de plastico bajo un minusculo tejadillo mirando hacia el pico Campigüeños. «Teniamos que estar, pasamos un poco de frio, pero teniamos que estar», insistia Castañon. A sus espaldas, aparcado el coche de Heredia en el que se habian trasladado para caminar por los montes casinos. El lunes, al amanecer, los vecinos de Orle se percataron de su presencia y todo cambio. Gaspar Gonzalez y Gloria Canga les abrieron su casa. De forma natural su cochera se convirtio en una especie de cuartel general. Un centro al que durante toda la jornada se acercaron vecinos de Caso, familiares, integrantes de los grupos de montaña de Bimenes y Nava, y los alcaldes de Caso, Miguel Fernandez, y de Bimenes, Aitor Garcia.
A la una de la tarde se inicio una primera busqueda coordinada por ellos. «Comenzamos a llamar a gente como a los guias de montaña de Outdoor de los Picos de Europa, que se ofrecieron a venir desinteresadamente, al igual que otros muchos que llegaron el martes a primera hora», preciso Natalia.
A ultima hora de la tarde -«ya pasaba de las ocho», recuerdan los familiares- comenzaron a llegar Bomberos y Guardia Civil. Las primeras incursiones en los montes casinos no dieron resultado, en parte por una densa niebla. Comenzaba la segunda noche para Eva y Rosi, en la cabaña, mientras sus hijas, instadas por los vecinos, se refugiaron en la cochera, a donde Gaspar y Gloria les bajaron unas hamacas. «Fue imposible hacerlas subir a las habitaciones, no querian moverse de la entrada de la ruta que habian cogido sus madres», recuerda Gloria.
Fue el martes cuando se establecio un plan de rescate coordinado. A partir de las siete de la mañana comenzaron a salir grupos formados por entre tres y cinco personas para cubrir toda el area. Se formaron hasta dieciseis grupos. apoyados por la Unidad Canina de la Guardia Civil, y vecinos que recorrieron una amplia zona en sus caballos. Los familiares de las desaparecidas comenzaron a albergar esperanzas. Hasta la zona llegaba desde Huelva Alejandro, hijo de Rosi, que se bajo de su vehiculo y se adentro en la montaña nada mas saludar a su hermana.
El operativo de rescate se ponia en marcha y en Orle los vecinos comenzaron el suyo propio. Primero llegaron cafe, chocolates, pastas caseras, magdalenas y frutas para que nadie se fuera a caminar sin desayunar. Y, despues, bocadillos y bebida para que lo llevasen para el camino. No quedo ahi la cosa, porque mientras el operativo de rescate continuaba con su trabajo, los vecinos preparaban la llegada de los mas de medio centenar de voluntarios y efectivos especializados. Llegaron tortillas, embutidos, empanadas, mas bocadillos, refrescos, botellas de agua… El Ayuntamiento de Caso tambien contribuyo con empanadas y bebidas y, de nuevo, la cochera de Gaspar y Gloria se convirtio en el centro mas solidario.
Unas viandas que, una vez localizadas las dos montañeras y con la llegada de los grupos que habian salido en su busqueda, comenzaron a desaparecer al tiempo que con la buena noticia se comenzaron a contar anecdotas de la jornada.
Durante cuatro horas se espero la llegada de voluntarios y de las dos rescatadas, mientras bajaba la niebla y la silueta del pico Campigüeños comenzaba a desaparecer. «Si no las llegan a localizar con esta tarde, habrian tenido que pasar otra noche en la cabaña», apuntaba el regidor casin, ya aliviado, y quien durante toda la jornada estuvo pendiente de las dos familias.
Dos de los agentes que formaban parte del operativo habian regresado de nuevo por la mañana a la zona de Poncebos para continuar con la busqueda del montañero gijones Javier Amigo. Les acompañaria un guia canino. Se sumaban asi a la busqueda del deportista despues de que un helicoptero aguardara durante la noche en Cangas de Onis para retomar el rastreo, que no fue posible hasta pasadas las 13 horas debido a la niebla. Javier Amigo lleva desaparecido desde el domingo, cuando hacia la ruta del Canal del Texu (Cabrales), con la intencion de encontrarse con un grupo de amigos que bajaban de Bulnes y con los que habia quedado para comer en Poncebos junto con su mujer y su cuñada. Sin embargo, poco despues, tuvieron que acudir al rescate de otra montañera que se habia lesionado un tobillo bajando del refugio de Cabrones, en el limite de la canal de Anues. La mujer se encontraba en un lugar de complicado acceso, por lo que fue necesario trasladarla en una camilla a pie lo que dificulto el rescate. Con posterioridad, se sumaba la unidad de drones de la Guardia Civil para dar con el paradero del gijones. Sin exito. El operativo se reanuda hoy.