Linfoma y leucemia mieloide cronica: dos tumores que no podemos prevenir, pero si controlar si se los detecta a tiempo – este medio : Entretenimiento de Argentina
En septiembre se realizan los dias de lucha contra ambas enfermedades. El primero es una enfermedad frecuente, con mas de 4 mil casos al año. El segundo representa cerca del 20 por ciento de todos los diagnosticos de leucemia en la Argentina. En ambos casos los controles de rutina son fundamentales para detectar sintomas e iniciar estudios mas especificos. Como son los tratamientos.
En la Argentina se detectan cada año mas de 130 mil nuevos casos de cancer, lo que ubica al pais entre los que tienen un nivel de incidencia medio-alto a nivel global. Con el objetivo de reducir el impacto que tienen estas enfermedades en la poblacion, la comunidad medica promueve campañas para evitar aquellas practicas y habitos que los generan. Sin embargo, hay una serie de tumores que no se pueden prevenir.
Dentro de este grupo, hay dos tipos que atacan nuestro organismo a traves de la sangre y de la medula osea. Se trata del linfoma, una enfermedad relativamente frecuente con mas de 4 mil casos nuevos cada año en el pais; y la leucemia mieloide cronica, que representa entre el 15 y 20 por ciento de los casos de leucemia, con una media de entre 500 y 600 nuevos diagnosticos anuales.
En el mes de septiembre se realizan los dias de lucha contra ambas patologias, con el objetivo de difundir cuales son sus sintomas y los controles recomendados. En ambos casos, la consigna es similar: si bien son enfermedades que no se pueden evitar, con una deteccion temprana y el tratamiento adecuado es posible controlarlas –y en algun caso hasta curarlas-, permitiendo a los pacientes disfrutar de una buena calidad de vida.
Un tumor con mas de 60 subtipos
El linfoma es un cancer que se origina en el linfocito, que es una celula que forma parte del sistema inmunologico, circula en la sangre y reside en el ganglio linfatico, en el bazo y en la medula osea. Por este motivo, puede afectar cualquiera de estas zonas y tambien otros organos. El sintoma mas frecuente es la inflamacion sin dolor de los ganglios linfaticos que pueden aparecer en cuello, axilas y la ingle, entre otras areas. Tambien se puede manifestar con fiebre, sudoracion nocturna, cansancio, disminucion de peso, prurito y erupciones cutaneas.
Hay mas de 60 subtipos distintos de esta patologia, que se divide en dos grandes grupos. “El linfoma no Hodgkin puede ocurrir a cualquier edad, pero es mas frecuente en adultos mayores. En cambio, el linfoma de Hodgkin tiene su pico mayor de incidencia en adultos jovenes y luego un segundo pico en mayores de 60 años”, explica la hematologa Laura Korin (MN 128736), del staff del Servicio de Hematologia y Trasplante Hematopoyetico del Instituto Alexander Fleming (IAF), en el marco del Dia Mundial del Linfoma que se conmemora este viernes 15 de septiembre.
Los linfomas no Hodgkin son los mas comunes y se los suele dividir en linfomas B o T, segun el linfocito que le dio origen. “A su vez, pueden clasificarse segun el comportamiento clinico en indolentes y agresivos. Los mas frecuentes son el linfoma difuso de celulas grandes B, que es de comportamiento agresivo y el linfoma folicular de comportamiento indolente. Los de tipo agresivo crecen rapidamente y dan sintomas en forma mas precoz por lo que se pueden encontrar en estadios mas tempranos y son potencialmente curables con el tratamiento”, agrega.
El subtipo mas agresivo es el linfoma de Burkitt debido a su rapido crecimiento, pero aun asi las chances curativas con el tratamiento son muy altas. En cambio, los linfomas indolentes son de crecimiento lento, suelen no dar muchos sintomas por lo que es comun encontrarlos en estadios mas avanzados y si bien remiten con el tratamiento, en la mayoria de los casos la enfermedad se caracteriza por recaidas sucesivas.
¿Por que motivo no es posible prevenir este tipo de tumores? La doctora Korin explica que “en la mayoria de los casos no hay factores de riesgo asociados a la enfermedad que sean modificables. La causa de los linfomas generalmente es desconocida, pero entre los factores que pueden aumentar el riesgo se incluyen ciertas condiciones de salud (como la infeccion cronica viral que afecta el sistema inmunologico) y determinadas situaciones laborales como el trabajo con sustancias quimicas, pesticidas o solventes”.
La consulta precoz ante la aparicion de sintomas puede ayudar a detectar la enfermedad en estadios mas tempranos y asi poder contar con mas opciones terapeuticas. “El abordaje diagnostico requiere una evaluacion clinica por un especialista hematologo para relevar sintomas sugestivos y detectar al examen fisico el agrandamiento de ganglios, higado y/o bazo y lesiones especificas en la piel, lo que orientara a la realizacion de una biopsia del ganglio agrandado o de la zona afectada. Se solicitan analisis de sangre, estudios por imagenes, como tomografia computada y/o PET-TC para objetivar la extension de la enfermedad ya que los linfomas pueden comprometer zonas del cuerpo no accesibles a la palpacion. Estos estudios tambien pueden ayudarnos a elegir el mejor sitio para la biopsia”, explica.
La hematologa del IAF remarca la importancia de que un anatomo patologo especializado en hematopatologia evalue la muestra de la biopsia para diagnosticar con certeza el subtipo de linfoma.Adicionalmente, se pueden tomar muestras para enviar a citometria de flujo que en algunos casos puede informar rapidamente en 24 o 48 horas si las celulas observadas en el material tienen marcadores compatibles con linfoma; y tambien extraer muestras para la realizacion estudios geneticos y moleculares.
El tratamiento contra el linfoma puede comprender quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia, drogas blanco dirigidas o alguna combinacion de estas opciones terapeuticas. En algunos subtipos se puede requerir un trasplante de celulas precursoras hematopoyeticas. “El avance de los tratamientos hoy permite detener la progresion, obtener respuestas profundas y duraderas, y hasta incluso curarlos en muchos de los casos”, destaca la doctora Korin.
El mayor conocimiento cientifico de los linfomas impulso el desarrollo de terapias dirigidas que atacan los mecanismos que tiene la enfermedad para proliferar y sobrevivir. Tambien hubo avances en inmunoterapia que mejoraron el pronostico en las distintas etapas de la enfermedad. “Es importante consultar ante la presencia de sintomas para poder realizar un diagnostico temprano. El escenario terapeutico actual en los linfomas es muy alentador y los avances en los ultimos años han permitido mejorar los resultados tanto en primera linea como en pacientes recaidos o que no responden al tratamiento inicial”, concluye la experta.
El impacto de una alteracion genetica
La leucemia mieloide cronica (LMC) es un tipo de cancer que afecta especificamente a las celulas madre de la medula osea. Su particularidad es que se origina a partir de una alteracion genetica adquirida –por lo tanto, no es de nacimiento ni se transmite a los hijos-, conocida como cromosoma Filadelfia.
“Es producto de un entrecruzamiento aberrante de los cromosomas 9 y 22, que da origen a un gen anormal: el bcr-abl. Este lleva a la produccion de una proteina quinasa que le otorga a la celula la capacidad de proliferar y sobrevivir descontroladamente. Su efecto ocasiona un aumento desproporcionado sobre todo de globulos blancos, plaquetas y crecimiento del bazo”, explica la hematologa Rosario Custidiano (MN 92178), del Servicio de Hematologia y Trasplante Hematopoyetico del Instituto Alexander Fleming.
A diferencia de las leucemias agudas, es mas dificil de detectar y muchas veces los cuadros se desarrollan lentamente hasta que son hallados de forma casual en un laboratorio en medio de un chequeo de rutina. Por lo tanto, suele ser mas frecuente su diagnostico despues de los 50 o 60 años de edad de los pacientes.
“No hay estrategias de prevencion, por lo que es importante consultar siempre al medico ante aparicion de sintomas de cansancio inusual, que podria ser causado por anemia; molestias abdominales constantes o despues de comer, que podrian ser la expresion del aumento del tamaño del bazo; o dolores oseos generalizados, que podrian atribuirse a la expansion de la medula osea”, agrega la experta en la previa del Dia Mundial de la Leucemia Mieloide Cronica, que se realiza el 22 de septiembre.
Los tratamientos mas habituales son terapias dirigidas que apuntan justamente a inhibir la proteina tirosina quinasa anormal que produce el cromosoma Filadelfia. Se trata de pequeñas moleculas sinteticas administradas por via oral en forma diaria –llamadas “inhibidores de tirosina quinasa bcr-abl”- que cambiaron en todo el mundo el curso de los tratamientos desde su introduccion a fines de los años 90. “La mayoria de los pacientes logra frenar la evolucion a fase acelerada o crisis blastica, normalizando los recuentos sanguineos y negativizando la alteracion genetica. Puede ocurrir en hasta un 40% de los casos que exista un fallo primario al tratamiento, pero la respuesta se puede aun conseguir rotando a otro inhibidor”, detalla la hematologa del IAF.
“Hemos logrado avances significativos en la comprension y tratamiento de esta enfermedad. Es fundamental asistir a las revisiones medicas regularmente y seguir rigurosamente el tratamiento prescrito, el cual es oral, debe tomarse diariamente y mantenerse de forma continua. Incluso un ligero descenso del 10% en la adherencia podria afectar negativamente nuestras posibilidades de obtener una respuesta favorable”, agrega.
Una vez iniciado el tratamiento, el paciente se realiza controles periodicos, para evaluar el cumplimiento de las metas terapeuticas y controlar la toxicidad. En base a estos parametros, se decidira si continua la misma estrategia o si es necesario cambiarla.