La mayor ola de descontento social desde Tiananmen se extiende por China : Internacional de
«¡Abajo el Partido Comunista! ¡Abajo Xi Jinping!». Los animos de los residentes de Shanghai se caldearon ayer sabado por la noche hasta exigir la dimision del presidente de China. Fue una de las muchas manifestaciones espontaneas que se extendieron por la segunda potencia mundial para mostrar la indignacion de su poblacion con las restricciones impuestas para combatir el covid, coincidiendo con la mayor ola de contagios de toda la pandemia. Hoy se ha informado de un nuevo record: casi 40.000 casos en un dia.
En un giro inusual, los habituales mensajes relacionados con el impacto economico de esta situacion derivaron en consignas sociales y politicas. «¡Queremos libertad, no mas restricciones! ¡Los perros son mas libres que nosotros!», gritaban en Pekin, donde incluso se han manifestado los estudiantes de la universidad mas prestigiosa de China, Tsinghua.
«¡Dame libertad o dame muerte!», exclamo un joven despues de un improvisado discurso, en el que mencionaba que jugadores como Cristiano Ronaldo han superado el covid y continuan en plena forma, y antes de que la Policia tratase de detenerle en Chongqing. Para sorpresa de todos, los vecinos se sumaron a el e impidieron el arresto entre insultos contra los agentes.
En Urumqi, la capital de la region noroccidental de Xinjiang, los manifestantes se echaron a las calles un dia antes para denunciar el retraso de los bomberos en un incendio que dejo al menos diez muertos. Muchos achacan la demora a las barricadas y los controles erigidos para confinar una ciudad que sufre una cuarentena de mas de tres meses. Blandiendo la enseña nacional, cantaron el himno chino: ‘¡Levantaos quienes rechaceis ser esclavos!’. Poco despues, las autoridades afirmaron que ya habian logrado doblegar al virus y que iniciaran una apertura gradual de la ciudad.
Las protestas, que han variado mucho en escala y violencia, se han vivido en todos los puntos cardinales del pais: en Guangzhou, al sur, los vecinos continuan tirando las vallas rojas que delimitan los barrios confinados; en una localidad de Mongolia Interior, al norte, incluso retuvieron durante horas a uno de sus dirigentes; y en Wuhan, la ciudad del centro en la que estallo la pandemia y que vivio el primer confinamiento total, la multitud salio con folios en blanco para protestar por la censura. Es, sin duda, la mayor ola de descontento social de China desde las protestas estudiantiles que, en 1989, desembocaron en la matanza de Tiananmen.
Hartazgo
A pesar de que las redes sociales hacen horas extra para eliminar contenido critico con el Gobierno, hasta el punto de que muchas cuentas se han convertido en un agujero que solo contiene mensajes en negro, el hartazgo de la poblacion con la estrategia covid cero es mas que evidente. Y, aunque las autoridades estan evitando por todos los medios reprimirlo con violencia, hoy ciudades como Shanghai han visto un notable incremento de la presencia policial.
La calle Wulumuqi de la capital economica, que toma su nombre de la capital de Xinjiang y donde se concentraron los manifestantes el sabado, ha sido acordonada. Y el centro de Shanghai se ha llenado de vehiculos policiales. En otros lugares del pais se han detectado incluso inhibidores de señal para evitar que se compartan videos y fotografias de lo que sucede, episodios que la prensa local omite por completo. Solo Hu Xijin, exeditor jefe del diario oficialista ‘Global Times’ y uno de los periodistas mas prominentes de China, se ha atrevido a criticar timidamente unas medidas que ya no considera eficaces.
Pero no se pueden poner puertas al ciberespacio, y la rabia desborda por todas las grietas de un sistema que se pone en entredicho. «Yo apoyaba las restricciones al principio. Creia que podriamos eliminar un virus que me parecia letal. Pero no es asi: el mundo esta haciendo vida normal y nosotros, como subnormales, nos estamos jodiendo la vida. ¿Por que? Tenemos vacunas y, segun los datos oficiales, aunque hay decenas de miles de casos cada dia, no muere nadie. ¿Por que nos hace esto el Gobierno?», se pregunta un joven de Shanghai que pide mantenerse en el anonimato.
«Se esta poniendo en peligro la forma de vida de muchos millones de personas. El turismo esta en ruinas, los comercios cierran cada dos por tres, y los ciudadanos vivimos con tanta incertidumbre que no podemos hacer ningun tipo de planes. Sales por la mañana y no sabes si despues del trabajo vas a poder volver a casa o te la han sellado», añade una administrativa de Pekin que tambien ha participado en protestas. En un video, un profesor de español en Guangzhou muestra como es vivir bajo la estrategia cero covid, confirma todos estos puntos, y reconoce que hay mas miedo a los confinamientos que al propio virus.
Una inusual afrenta contra el regimen
Que la gente se manifieste en China es mucho mas habitual de lo que se cree en Occidente. No obstante, la gran mayoria de las protestas estan relacionadas con aspectos economicos. La poblacion es pragmatica y no tiene ambiciones politicas -tampoco alternativas al Partido Comunista-, asi que se mueve cuando se le toca el bolsillo. La excepcion a esta regla son las manifestaciones contra otros paises, que el Gobierno no solo permite, sino que alienta como parte de su estrategia para fomentar el nacionalismo.
En esta ocasion, sin embargo, es diferente: los canticos contra el partido y el propio presidente, confirmado hace poco mas de un mes como el hombre mas poderoso de China desde Mao Zedong, son una afrenta contra el propio regimen politico, cuya legitimidad se sustenta en su capacidad para mejorar el bienestar de la poblacion. La estrategia cero covid, sumada a una renqueante economia global, esta lastrando el crecimiento de la segunda potencia mundial y minando este contrato tacito entre el Gobierno y sus subditos.
El PIB de China crece al menor ritmo desde que inicio su apertura al mundo, y las perspectivas no son boyantes. De hecho, todo apunta a que acabara 2022, el peor año de la pandemia para el gigante asiatico, con un crecimiento economico inferior incluso al de España, una anomalia si se tiene en cuenta que su tasa normalmente multiplicaba por cuatro o por cinco la nuestra. Y la poblacion nota ese impacto: el paro juvenil, por ejemplo, esta en un maximo que roza el 20%.
Las autoridades señalan dos razones principales para justificar que se mantengan, e incluso incrementen, las restricciones: la debilidad del sistema de salud del pais, y la baja vacunacion de la poblacion de mas edad, que se resiste a la inoculacion de las vacunas. «Con los miles de millones que se han gastado en los tests que tenemos que hacernos cada dos dias podrian haber mejorado la sanidad en los ultimos tres años. Y, si pueden tenernos constantemente confinados y separar incluso a niños de sus familias, ¿no pueden obligar a los ancianos a vacunarse?», critica un joven de Shanghai.
«Todo ha dejado de tener sentido. Igual tenemos que empezar a pensar en que hay que cambiar el sistema», sentencia. Y, precisamente, esa idea es la que mas teme el gobierno chino. Eso si, los dirigentes son plenamente conscientes de que 2022 no es 1989, y, por eso, la Policia esta mostrando un comedimiento notable en la represion de esta inesperada ola de descontento.