Proponen una forma de anticiparse a la degradacion en Patagonia : Entretenimiento de Argentina
Mientras los campos ganaderos de esta region arida de la Argentina pierden productividad por la sequia y el pastoreo intenso, el cambio climatico agravaria la situacion a futuro. Un estudio academico propone como adelantarse al deterioro mirando en detalle la vegetacion.
Las zonas aridas, tambien llamadas tierras secas, son regiones donde llueve muy poco. Cubren el 45% de la superficie terrestre y son hogar del 38% de la poblacion humana. Al ser mayormente ganaderas, uno de los principales servicios que brindan es la provision de forraje. Hoy, estan amenazadas por dos procesos que inducen degradacion de la tierra: el calentamiento global, que aumentaria su aridez, y la intensificacion del pastoreo en busca de mantener o aumentar la productividad ganadera. ¿Que sucederia si ambas amenazas actuan conjuntamente? Un estudio de la Facultad de Agronomia de la UBA (FAUBA) en sitios de mayor a menor aridez en la Patagonia hallo que intensificar el pastoreo reduce mucho mas los pastos forrajeros en los sitios mas aridos. Analizan implicancias y postulan como detectar temprano los signos de degradacion.
“La Argentina es arida o semiarida en un 70% de su superficie. Nuestro grupo de investigacion trabaja desde hace años en la Patagonia, donde los pastizales estan sujetos a precipitaciones escasas y variables. Y a eso hay que agregarle los pronosticos del cambio climatico, que dicen que esa variabilidad va a aumentar, al igual que la temperatura. Entonces, lo que se preve es que esos sistemas se van a volver aun mas aridos”, advirtio Gaston Oñatibia, docente de Ecologia en la FAUBA.
Oñatibia, quien tambien es investigador del CONICET, planteo que la provision de servicios ecosistemicos en las zonas aridas estaria ‘en jaque’ por la intensificacion del uso ganadero. Este proceso ocurre cuando los pastizales comienzan a perder productividad y los productores, para que sus ingresos no caigan, mantienen la misma cantidad de animales en los campos. Esto hace que aumente la ‘presion de pastoreo’ sobre el forraje remanente.
“Antes que nada, me parece importante remarcar que, a diferencia de la Region Pampeana u otras zonas humedas, donde los pastizales forman un tapiz continuo, en las regiones aridas, lo que se aprecia a simple vista es que la vegetacion no cubre el 100% del suelo. Por el contrario, es una matriz en la que hay parches de vegetacion —o sea, plantas creciendo juntas como en pequeñas islas— rodeados por un ‘oceano’ de tierra o de arena al descubierto”, explico Gaston.
Entonces, para tratar de contestar ¿que pasara en estos escenarios de mayor aridez y pastoreo mas intenso?, el investigador analizo el efecto conjunto de ambos procesos sobre el tamaño de los parches de vegetacion, pero tambien sobre las respuestas de las especies forrajeras a lo largo de un gradiente de mayor a menor aridez en la Patagonia argentina.
Almorzar con poca agua
“Nuestro estudio, publicado en la revista Journal of Ecology, nos permitio detectar que cuando se intensifica el pastoreo, los parches de vegetacion resultan mas afectados en los sitios mas humedos —o mejor dicho, menos aridos—, donde la cobertura de los parches cayo un 42%. En cambio, en los sitios mas aridos, el aumento de la presion de pastoreo degrada menos los parches de vegetacion: la cobertura vegetal disminuyo solo un 28%. Alli, esas islas de vegetacion persisten”, sostuvo Oñatibia.
“No obstante, y esto es quizas lo mas interesante que encontramos, al evaluar las poblaciones de pastos forrajeros —como Poa ligularis— hallamos lo contrario: la intensificacion del pastoreo redujo un 90% la densidad de estos pastos en los sitios mas aridos del gradiente, que son justamente aquellos en los que el tamaño de los parches no se ve muy afectado”, resalto.
“Un sistema muy arido puede dejar de producir forraje aunque los parches de vegetacion persistan —dijo Gaston—. ¿Por que? Porque los mantienen otras especies que los herbivoros no consumen, como ciertos pastos y arbustos. Los pastos forrajeros son los primeros que el ganado busca, come y hace desaparecer, y nos parece muy importante insistir en que este impacto de la intensificacion del pastoreo es mucho mas agudo en los sitios mas secos”.
El pastizal, bajo la lupa
Segun Oñatibia, existen trabajos que proponen usar el cambio en el tamaño de los parches de vegetacion como indicador de deterioro. Pero a la luz de los resultados de su estudio, el investigador dijo estar convencido de que hacer solo eso no seria suficiente, ya que los parches se pueden mantener, pero el forraje puede estar completamente diezmado.
“Cuando el productor detecta que bajaron la cobertura o la productividad, ya es tarde: la produccion de forraje se degrado y no quedan muchas cosas por hacer. En este sentido, lo mejor es contar con un indicador temprano de deterioro, de tal manera de poder encarar a tiempo algun manejo para intentar revertirlo”, aseguro el investigador.
Y agrego: “Para nuestro grupo, la clave es mirar las plantas forrajeras, cuantas hay, cuales son y si estan deterioradas o no. Es la primera señal que podemos identificar. Eso va a ocurrir antes de que se degraden los parches, antes de que baje la cobertura de la vegetacion, porque primero se van a ver afectadas las especies forrajeras. Ahi es donde tenemos que hacer foco”.
Gaston destaco que su propuesta es ajustar el manejo ganadero a lo que ocurre con la dinamica de los pastos forrajeros, siempre que sea posible para los productores desde lo socio-economico. “Si vemos que la sequia y el pastoreo los estan afectando, se puede reducir la carga animal para que no se sumen ambos efectos. Tambien realizar descansos estrategicos cuando hay agua disponible para que la vegetacion se recupere. O incluso manejar los herbivoros para hacer un uso mas homogeneo del forraje. En definitiva, los manejos deberian basarse en el estado de los pastos forrajeros”.
“Estas propuestas de manejo se las hemos hecho llegar a algunos productores de la Patagonia. Basicamente, los estimulamos a que miren la estepa de otra manera. Algunos han sido receptivos, otros no tanto. A menudo ellos ven pasto, pero si se mira con detenimiento ese pasto, resulta que son especies que las ovejas no comen. Es decir, hay pasto, pero no hay forraje. Identificar las plantas forrajeras y ver en que estado estan es la base para luchar contra la degradacion”, concluyo Oñatibia.
Todas las fotos gentileza Gaston Oñatibia
(SLT-FAUBA) POR: PABLO ROSET