Castillo es detenido tras un intento frustrado de imponer un Gobierno de excepcion en Peru : Internacional de
El ya expresidente de Peru, Pedro Castillo, permanecia detenido anoche en la Prefectura de la Policia de Lima despues de promover un fallido autogolpe de Estado con el que queria evitar someterse a una mocion de destitucion del Congreso por presunta corrupcion. El lider de Peru Libre, de 53 años, ordeno disolver la Camara y «establecer un Gobierno de excepcion». Sin embargo, los diputados resistieron su desafio. En una sesion expres aprobaron por mayoria su remocion del cargo y nombraron a la vicepresidenta, Dina Boluarte, como sucesora, la primera mujer que estara al frente del Ejecutivo andino. Una locura que duro algo mas de dos horas que hicieron temer lo peor en Peru.
El anuncio de Castillo era un atropello al articulo 34 de la Constitucion y configuraba el delito de sedicion, que ocultaba sus verdaderas intenciones: huir asilado a Mexico y escapar asi de la Justicia que lo investigaba por seis casos de corrupcion.
Castillo decidio deponer su actitud y abandono el Palacio gubernamental en compañia de su mujer, Lilit Paredes, sus hijos y una cuñada. Previamente, varios testigos les vieron sacar sus pertenencias en bolsas. De alli, el exmandatario se encamino a la Prefectura, donde fue arrestado e interrogado por la Fiscalia General, que le acusa de rebelion y quebrantamiento del orden constitucional, un delito castigado con una pena de entre 10 a 20 años
El giro de la actitud del expresidente reside en una unica clave: la negativa general de politicos, policia y militares a secundar sus ordenes. Aparte ademas de una cerrada reprobacion de Estados Unidos, España y gran parte de los paises latinoamericanos. El exjefe de Gobierno habia anunciado en un mensaje a la nacion su decision de «disolver temporalmente el Congreso de la Republica e instaurar un Gobierno de emergencia excepcional», previo a la convocatoria «en el mas breve plazo de un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitucion».
Es decir, un autogolpe en toda regla que recordo a muchos la asonada que puso en practica Alberto Fujimori en 1992 para evitar someterse al escrutinio del Congreso por numerosas acusaciones de corrupcion y otros delitos. Aquel autogolpe derivo en un duro regimen autoritario de Fujimori, contra cuya hija compitio precisamente Castillo en las elecciones presidenciales hace dieciseis meses.
El exjefe del Ejecutivo ordeno ademas ayer un toque de queda nocturno y la «reorganizacion del sistema judicial: el Poder Judicial, el Ministerio Publico, la Junta Nacional de Justicia y el Tribunal Constitucional». Sin embargo, su plan no llego muy lejos. La Fiscalia General anuncio de inmediato una investigacion en su contra y tanto la Policia como las Fuerzas Armadas anunciaron que no acatarian sus mandatos. El dirigente de izquierdas se encontro tambien con el rechazo de su vicepresidenta y de buena parte del equipo de ministros, con lo cual su posicion quedo enormemente debilitada y le llevo a tomar el camino de la Prefactura para entregarse.
El Congreso volvio a reunirse y aprobo su destitucion con 101 votos a favor y solo seis en contra por «permanente incapacidad moral». La Camara nombro como nueva jefe de Gobierno a Dina Boluarte, abogada de 60 años que concurrio a las elecciones tambien en las filas de Peru Libre, el mismo partido que el dirigente destituido. En su primer discurso, Boluarte planteo una «tregua politica para instalar un Gobierno de unidad nacional».
El pulso esta ahora en la calle, donde cientos de peruanos se manifestaron anoche en ambos sentidos: unos en defensa de la Constitucion y otros a favor de Castillo, de quien dicen que ha sido objeto de una «continua persecucion politica». La Policia tuvo que intervenir para sofocar enfrentamientos entre ambas partes.
Favoritismo y cohecho
El detonante de todo el episodio que azoto ayer a una sociedad incredula ante el vertigo de los acontecimientos comenzo tres horas antes de que el Congreso debatiera la posible destitucion de Castillo por «permanente incapacidad moral», una figura constitucional utilizada para designar irregularidades continuas y sospechas de corrupcion. Dos de sus predecesores ya fueron desalojados del Ejecutivo por la misma imputacion. El antiguo maestro y lider izquierdista no quiso exponerse y anuncio la imposicion de un Gobierno de excepcion. Rapidamente se hizo acreedor de un sinfin de criticas, no solo de la oposicion, sino de su propio partido y del ambito internacional.
Pese a llevar un corto periodo al frente del pais, Castillo tuvo que afrontar otras dos mociones anteriores, de las que salio indemne, aunque las sospechas por corrupcion, cohecho y favoritismo a su entorno familiar y politico nunca han dejado de crecer. De hecho, ha sido removido del poder en su momento mas bajo de aceptacion, con un 70% de desaprobacion ciudadana.