«El arte va ahora por otros derroteros» : Entretenimiento de España
Toca decir adios. Amador Fernandez (Ciaño, 1953), hombre afable, aglutinador de artistas, agitador cultural, librero, montañero, galerista, editor, coleccionista, echa el cierre de Cornion, que abrio 42 años atras como galeria y libreria y que en los ultimos años se dedico en exclusiva al arte. Testigo privilegiado de como ha ido evolucionando el arte asturiano en el ultimo medio siglo, se va contento y con pena, satisfecho pero triste.
-¿Que le pasa por la cabeza?
-Tengo el corazon dividido. Como Cornion estuve 42 años, pero yo aqui entre con Atalaya en 1968, y son 55 años en esta zona. Estoy contento por el trabajo realizado, porque cerramos una etapa y lo hacemos bien, pero disgustado porque, de alguna forma, cortas esa relacion diaria y amistosa con los que por aqui pasan. Esa es la sensacion puñetera que estoy viviendo.
-¿Que ha habido aqui de ocio y que de negocio?
-Un negocio como la galeria o la libreria tienen mucho de cariño y de amor. La razon no es puramente comercial. Yo no vine aqui a ver si hacia mas dinero, sino para vivir mi vida rodeado de lo que me gusta: el libro, el arte y la montaña. Por eso volvi cuando estaba en Caceres trabajando en una central nuclear. No me salio mal.
-¿Son artistas o son amigos?
-Son amigos que tenemos en comun el amor al arte. Ellos pintando y yo intentando promocionarlos haciamos un tandem que durante un tiempo funciono.
-Galerista, marchante. ¿Ese oficio como se aprende?
-Cuando yo vine a trabajar con Eduardo Vigil en 1968 a la libreria Atalaya, pasaba por aqui gente como Piñole, habia una relacion con el mundo del arte muy fluida. Incluso Antonio Suarez, Camin y Eduardo hicieron sus pinitos y pintaron juntos. Les conoci a ellos, a Navascues, a Orlando Pelayo, a Aurelio Suarez, y eso a mi me dejo muy marcado, porque era un mundo que me gustaba. Algunos eran bohemios, vivian en Paris, en Madrid, y a mi, siendo un chavalin que vivia en Contrueces, aquello me engancho. Me fui a trabajar a una ingeniera en el Parchis, me mandaron a Almaraz, en Caceres, y, cuando se jubilo Eduardo, me propuso coger Atalaya, me lie la manta a la cabeza y le puse el nombre de Cornion. Basandose en aquella gente, con Camin y Antonio Suarez, que eran unos padres espirituales de este mundillo, meti a Pelayo Ortega, a Fernando Redruello, Jose Arias, Ramon Prendes, Fresno, Reyes Diaz, y empezamos a hacer un conglomerado importante. Llegaron despues Pablo Maojo, Josefina Junco y, ultimamente, Javier Victorero, Miguel Galano, Tadanori Yamaguchi… Conformamos un grupo de muy buena gente, de muy buenos artistas, que nos tratamos con mucho cariño y que estamos todos muy a gusto juntos.
1984. Camin trabajando en la galeria en un Cristo que se halla en la iglesia de los Carmelitas. /
-Ha visto crecer todo el arte asturiano del ultimo medio siglo.
-Claro. Hay una cosa curiosa. Melquiades Álvarez y Pelayo Ortega son una generacion que es la mia; Piñole, casi la de mis abuelos, pero ellos miraban mucho a Valle y Piñole, como Antonio Suarez y Camin. Son generaciones distintas, pero todos tienen ese mismo mirar. Incluso los que estan ahora, gente como Edgar Plans o Fernando Pelaez, de 35 y 40 años, tambien miran hacia ellos.
-O sea, que todos vienen del mismo lugar.
-Hay una evolucion, un cambio, pero hay algo en comun que los une a todos. En esta galeria, habiendo gente muy distinta en los planteamientos artisticos, tienen algo en comun.
-¿Siempre hay que estar abierto a todo?
-Claro. Como decia Carantoña, vivimos en la periferia de la periferia, asi que, logicamente, no puedes cerrar ningun paso, porque aqui hay expresionistas abstractos, gente que tiene una figuracion clara, pasando por la geometria, pero tambien ese algo en comun.
-¿Como ve la salud del arte asturiano?
-En Asturias siempre hubo un nivel de calidad alto entre los plasticos, tanto escultores como pintores, y lo sigue habiendo. Lo que pasa es que ahora el mundo del arte parece que va por otros derroteros, ahora parece que la pintura esta marginada o eso se pretendia. Dios quiera que cambie el rumbo y se vuelva a ella. A mi me parece que es fundamental y que se pueden seguir diciendo muchas cosas en ella. Esos años que vivimos en los noventa, principios del siglo XXI, con las instalaciones y ese tipo de tinglados creo que se fueron un poco al garete, parece que se estan rechazando y da la sensacion de que hicieron bastante daño.
1983. Amador con Ricardo Ugarte y Nestor Basterretxea junto a Isabel, su mujer, y su hija Elsa.
-¿Usted cree?
-La prueba es que paises de alrededor nuestro estan invitando a artistas a los que les compraron la obra a que la recojan y la lleven a casa porque cuesta mucho trabajo mantenerla.
-Le veo muy critico.
-Lo soy. Es que este mundo que esta aqui [la entrevista se hace en la galeria] me emociona. El arte, si no te emociona, para que.
-¿La tecnologia no le emociona?
-Si. Yo reconozco que hay cosas buenisimas, pero me cuesta mucho mas trabajo llegar a ellas, me parece un lenguaje mucho mas frio y quiza no tengo la cabeza amueblada a mi edad para entrar en ese mundo. Veo cosas que me gustan, pero no se si yo seria capaz de defenderlas.
-¿La pincelada es la pincelada?
-Siempre. Y fijese que en esta casa siempre se defendio mucho a los escultores. Camin, Pablo Maojo, Amancio, y ahora esta Tadanori que es un super escultor. Es verdad que igual no me acerque mucho a la fotografia y me da pena, pero no se por que yo no tengo capacidad para vender fotografia.
1986. La galeria acudio ese año por primera vez a Arco.
-Recuerde cuatro o cinco momentos inolvidables.
-Inolvidable fue cuando por primera vez, en el año 1985, nos aceptan en Arco. Otro fue cuando hicimos los libros de arte con la editorial Urrieles, que tenia un objetivo claro: en ese momento, era muy dificil dar de comer a los artistas y la razon era invitar a un creador a que estuviese un año trabajando para ti y le pagabas. Empezamos con Camin y Santerbas y seguimos con Pelayo Ortega y Carantoña, y con ambos ganamos el premio al libro mejor editado de España y con el de Camin, en Leipzig, la medalla de bronce al libro mejor editado del mundo. Esos son momentos clave.
-Pero habra mas.
-Todos los que tienen que ver con la relacion con los artistas. Y para mi es clave haber conocido a Carantoña, como cliente y como amigo, porque nos ayudo muchisimo.
-25 años se cumplen de su muerte.
-No le vamos a olvidar nunca. Tambien son importantes las relaciones con artistas como Eduardo Arroyo o Andres Rabago, el Roto.
-Pues no estamos tan en la periferia de la periferia si vienen aqui.
-Pero, siendo la periferia, hicimos las cosas con mucha honradez y bien, sin alharacas. Nos respetan y nos quieren porque creen que lo que estamos haciendo esta bien y quieren colaborar con nosotros.
-¿Ha cambiado mucho el mercado del arte?
-Si. Yo creo que ahora mismo el mercado del arte esta pasando una situacion complicada, sobre todo en provincias. La prueba es que las galerias que quieren funcionar un poco comercialmente tienen que ir como el titiritero, de feria en feria. Aqui no hay mercado.
-¿Por que no?, ¿por que antes si y ahora no?
-Cuando yo entre aqui, mis amigos, que tenian 28 o 30 años, eran coleccionistas a su manera, iban a exposiciones, compraban… Toda es generacion, que hoy tiene 70, dejaron de comprar porque tienen la casa abarrotada y se las ceden a los hijos, que no las quieren. Las galerias estamos viviendo un desfile permanente de personas que se quieren deshacer de lo que tienen. A la gente joven ahora esto no le interesa. Es muy dificil ir a una casa de chicos jovenes y encontrar obras de arte.
Con Martin Chirino en la galeria.
-¿Siempre ha habido una mirada elitista respecto al arte?
-Es cierto que, si quieres una obra curiosa, tienes que sacrificar parte de las vacaciones. Esto nunca fue para un obrero basico, en ese sentido se puede decir que es elitista. Siempre estuvo en manos de clase media: abogados, ingenieros, comerciantes, familias con dos profesores con dos sueldos que una vez al año hacian un esfuerzo… Eso habia y eso ahora no pasa. Mi hija tiene un grupo de amigos que son ingenieros, gente toda bien situada, pero en su casa no hay ninguna obra. Son intimos y, cuando van a la suya, les gusta, pero ellos no tienen cuadros.
-¿Como ve el futuro entonces?
-Espero que cambie, no por mi, sino por la sociedad en general, pero lo veo feo.
-Conocemos al Amador galerista, montañero, librero. ¿Como es el coleccionista?
-No creo ser un coleccionista, porque no tengo ese espiritu, pero, si vas a mi casa, igual me das con algo por decir esto.
-Ya sin verla le digo que esa coleccion merece ser expuesta.
-Creo que si. Hay cosas curiosas. El primer cuadro lo tuve con quince años y me lo regalo Antonio Suarez.
-Pues eso es empezar bien una coleccion.
-Era 1969. Y, desde entonces, me fui a haciendo con cosas. Pase muchas tardes en casa de Aurelio Suarez, comprando obras. Creo que el coleccionista busca la pieza esa que no tiene nadie y no es mi caso, yo me fui haciendo con cosas que me emocionaban, que me gustaban. Pero es que, ademas, igual haces una exposicion con un artista o le llevas a Arco y no le cobras y te decia: «Quedate con un cuadro». Y a todos, en las primeras exposiciones, siempre les compre para mi casa. Era una forma de decir: «Te garantizo que lo tuyo me gusta». Al final, tengo una coleccion importante.
-¿Le gustaria exponerla?
-Si tengo la oportunidad, no tendria problema.
-¿Como la definia?
-Es el mundo Cornion.
-Imagine que tiene fondos ilimitados. ¿Que se compra?
-A mi me dejaron emocionado cosas que vi de Picasso, Vermeer, Rothko, Van Gogh, Goya.
-¿Y ahora que va a hacer?
-Vivir un poco mas, sin venir a Cornion, procurar seguir disfrutando de la montaña. Tengo un prao y unos arboles que miro mucho para ellos, y despues juntarme con los amigos y seguir viendo exposiciones.


