Del pozo a la recuperacion: el teatro de 2022 en seis claves : Entretenimiento de España
Poco a poco se consiguio: el teatro que se vio tan castigado por la pandemia ha despertado en 2022 con una temporada que nos deja frutos jugosos.
Nunca antes un actor habia conquistado con un monologo y de forma tan elegante la ingobernable Sala Gran del TNC. ‘Una noche sin luna’ de Juan Diego Botto estuvo a la altura de las expectativas y reafirmo que el duende de Lorca sigue entre nosotros. Tambien el fantasma del poeta se dejo ver en el Lliure con la ‘Yerma’ de Juan Carlos Martel y sedujo a dos jovenes compañias que, con ‘Un segundo bajo la arena’ (Col·lectiu Desasosiego) y ‘La casa sin Bernarda’ (cia. Entrance), actualizaron el mito lorquiano con una mirada de presente y sin complejos.
Consolidacion generacional
Practicamente todas las listas de final de año han coincidido: ‘El cos mes bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc’ de Josep Maria Miro y ‘L’oreneta’ de Guillem Clua han sido dos hitos dramaturgicos de 2022. Estos dos titulos son solo la punta del iceberg, exitos que ponen de manifiesto la consolidacion de una generacion de dramaturgos emergidos a principios de siglo cuya madurez se traduce en presente en obras formalmente muy complejas, con estilos marcados en el buen sentido y resultados que convencen. A Miro y Clua les acompaña Llàtzer Garcia, que este año redoblo la apuesta con ‘Al final, les visions’, thriller hitchcockiano con tintes de elegia generacional; o Jordi Prat i Coll, que con su ‘Fàtima’ se marco un descenso a los infiernos del Raval con toques de Koltès; y Victoria Szpunberg, que con ‘El pes d’un cos’ hurgo en las fronteras entre lo personal y lo politico. Seguramente, esto no es mas que el principio.
En 2021, mientras media Europa seguia con las programaciones internacionales congeladas, el director Marcos Morau hizo historia con La Veronal: se convirtieron en la primera compañia de danza catalana programada en el mitico Palais des Papes del Festival d’Avignon. Este año, el computo de saldo exterior del teatro catalan no ha hecho mas que aumentar. La compañia El Conde de Torrefiel estuvo tambien en el cartel de la muestra provenzal el julio pasado; la productora de Oriol Broggi, La Perla 29, ocupo durante cuatro semanas el Theâtre de La Colline con la felliniana ’28 i mig’; y tambien en Paris, se pudo ver la obra ‘Entrevistes breus amb dones excepcionals’ de Joan Yago, autor que tambien visito Madrid con La Calòrica y la obra ‘Las aves/Els ocells’. Otras compañias como Agnès Mateus y Quim Tarrida, Azkona&Toloza y Agrupacion Señor Serrano completaron la timida pero decidida exportacion de nuestro teatro.
Superado ya el escenario de fronteras cerradas, Europa ha vuelto a ser territorio abierto para la circulacion de creaciones de referencia. Hace pocos dias, pudimos disfrutar en Barcelona de ‘Catarina e a beleza de matar fascistas’, del portugues Tiago Rodriguez, destacado por el ‘New York Times’ entre lo mejor de 2022. Tambien en el Lliure, podremos ver en 2023 tres montajes que han sacudido las listas y han generado el consenso entre parte de la critica. Estos dias en cartel, ‘La voluntad de creer’, de Pablo Messiez, que ha conmovido al publico de Madrid; en marzo vendra ‘Oasis de impunidad’ del chileno Marco Layera, sobrecogedor montaje sobre la violencia de estado; y tambien entre marzo y abril veremos ‘Kingdom’, de la francesa Anne-Cecile Vandalem, inquietante superproduccion sobre la imposibilidad de las utopias. No nos aburriremos.
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En el año que ahora cerramos, algunos primeros pasos en el escenario han sido especialmente alentadores: Lucia Del Greco con su montaje ‘El desig del cor’ de Caryl Churchill demostro un temprano dominio de las infinitas posibilidades del lenguaje escenico. Las Huecas, por su parte, unieron la belleza del ritual de la muerte con la denuncia del monopolio de la industria funeraria en la pieza ‘Aquellas que no deben morir’, hermosa y politica; ‘Sindrome de gel’, de Mohamad Bitari y Clàudia Cedo, situo la figura de Roc Martinez como un valor en alza entre los nuevos planteles de interpretes. Les seguiremos de cerca.
Nada podra reemplazarlo. La noticia del año, la mas triste, ha sido la irreparable perdida del maestro Peter Brook, director que con su teoria escrita y la practica de sus montajes marco una decisiva influencia en el teatro de la segunda mitad del siglo XX, una sombra que se proyectara aun muchos años. Ya mas en el plano local, la muerte del director Joan Olle supuso un varapalo para sus muchos amigos, cuyos homenajes se mezclaron con las polemicas de sus ultimos años de vida. Finalmente, Tricicle hizo el definitivo mutis por el foro: disfrutaremos de ellos por separado, pero sera ya dificil que volvamos a verlos como compañia saludando a la salida de sus ya legendarios espectaculos. Hasta siempre.