Hallan nuevos restos humanos de las guerras cantabras en Suarias : Entretenimiento de España
La cueva de La Cerrosa-Lagaña, un conducto de unos sesenta metros situado en Suarias (Peñamellera Baja), sigue hablando de la Edad del Hierro en Asturias, ofreciendo el excepcional testimonio de un «espacio unico», en palabras de Alfonso Fanjul Peraza, al frente de la intervencion arqueologica realizada en la sima junto con Susana de Luis Mariño.
Liderando un equipo multidisciplinar compuesto por investigadores del CSIC y de las Universidades de Oviedo, Santiago y la Complutense, su ultima campaña ha sacado a la luz nuevos restos humanos (parte del cuerpo de una mujer adulta), ademas de «una pieza clave del que posiblemente sea el cinturon romano mejor conservado de España», cuyos primeros elementos fueron localizados en 2020.
LAS CLAVES
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Los investigadores
El equipo multidisciplinar que trabaja en la cueva de Suarias esta liderado por Alfonso Fanjul Peraza, Susana de Luis Mariño y Alis Serna Gancedo, descubridor del yacimiento. -
Los hallazgos
En las sucesivas campañas desarrolladas desde 2020, han encontrado armas, ceramicas, piezas vinculadas al adorno y el cuidado personal, objetos empleados en sacrificios, restos humanos y centenares de animales.
Aquel año, de la sima de Suarias salieron cuatro placas de bronce decoradas que irian remachadas en ese cinturon y que se asemejan a las recuperadas en los campamentos romanos de la linea de circunvalacion de Numancia. Pues bien: ahora los arqueologos creen que de esta nueva pieza, su hebilla, «se suspenderia la vaina de un puñal que tambien fue localizada entonces».
Junto a ella, acaban de aparecer recipientes ceramicos que se suman a los hallados hace dos años, aunque el material arqueologico mas abundante del yacimiento es, de largo, el correspondiente a la fauna, con «una ingente cantidad de animales de toda la cabaña ganadera, ademas de otros salvajes como el corzo o incluso el oso, alli depositados».
Desde que el equipo comenzase a excavar en La Cerrosa, sus trabajos han revelado el uso del espacio como «un lugar probablemente ritual de la Primera Edad del Hierro (al localizar dos craneos de mujeres jovenes) y del final de la Segunda Edad del Hierro, al encontrar otros restos humanos y una panoplia militar unica en el Cantabrico». Armas como cuatro lanzas vinculadas al ambito indigena prerromano o al militar romano, de manera que la principal hipotesis es que estarian relacionadas con las guerras cantabras. Y, junto a dos camas de freno de caballo identicas, hallaron tambien varias piezas vinculadas con el adorno y cuidado personal, como una excepcional fibula de bronce en omega y una navaja, posiblemente de afeitar, ademas de otras asociadas al sacrificio, como un cuchillo de hoja larga y estrecha.
Una «extraordinaria riqueza arqueologica» de la que aun quedan muchos misterios por desentrañar, aunque las nuevas dataciones del carbono 14 han ampliado ya tanto la cronologia del yacimiento (ahora sabemos que fue utilizado para depositar cuerpos desde el Neolitico final a la tardorromanidad) como el numero de individuos (contando un minimo de ocho, de distintas edades, al incluir restos de un bebe, niños, adolescentes y adultos).
Espacio ritual
Asi que la idea con la que trabajan Alfonso Fanjul y los suyos es que estamos ante «un lugar utilizado a lo largo de milenios como un espacio, seguramente, limite entre lo terrenal y lo espiritual» y en el que «los cuerpos fueron depositados por distintos motivos segun la epoca, ya que la concepcion del espacio subterraneo fue cambiando a lo largo del tiempo».
Con respecto a su uso durante la Segunda Edad del Hierro, el equipo investigador piensa que «seguramente estuvo relacionado con las guerra cantabras, un momento de crisis en el que la poblacion volvio a realizar rituales en las cuevas y en el que se solian elegir espacios subterraneos ya utilizados en el pasado. Puede que se tratase de un deposito ritual, un enterramiento con ajuar o un sacrificio humano. Solo futuros estudios nos lo diran».