VOLUNTADES EN FAVOR DE LA CONCORDIA – este medio : Entretenimiento de Argentina
“Los persistentes engaños, asi como las continuas violaciones de derechos humanos, dificultan acercarse a la paz en cualquier region del planeta”.
Victor CORCOBA HERRERO – En un mundo conflictivo como el actual, se requiere un esfuerzo permanente por parte de todos los humanos, para poder generar una mentalidad de quietud; y, asi, poder instaurar una atmosfera de union y unidad entre moradores diversos. Para empezar con la tarea, de aminorar bloques antagonistas, debemos huir de este clima de tension que, aparte de no facilitar la lucha contra la adversidad, nos enfrenta entre si, cuando en realidad lo que necesitamos es una conjuncion de fuerzas cooperantes que hagan familia.
Las causas de esta situacion son ciertamente complejas, impulsadas en buena medida por el deseo de la ambicion de algunas naciones que llegan a construir su bienestar egoista a expensas de otras. Con esta realidad entre las manos, quizas tengamos que arriesgarnos con un nuevo proposito viviente, la de mostrar clemencia y comprension en la ayuda.
Sea como fuere, cada amanecer somos testigos de esas luchas absurdas, que han tomado como abecedario los discursos de incitacion al odio, que ademas se han visto potenciados por internet, permitiendo que las mentiras, conspiraciones y amenazas se extiendan instantaneamente por todo el orbe. Este huracan de falsedades nos esta devorando internamente hasta destruirnos el tejido social, generando desconfianza y tormento en las relaciones con los demas. Desde luego, la forma de combatir este ambiente toxico, pasa por no desfallecer en el intento del cambio, no dejandose llevar por el territorio de las apariencias, difundiendo informacion veraz y objetiva, que es lo que promueve el equipo en vez de la particion. Por cierto, en esto de parcelar, son especialistas los sembradores del terror, que lo unico que buscan es modificar nuestro comportamiento provocando desasosiego, inseguridad y enemistad.
Ahi tenemos la retorica narrativa nuclear de Rusia, o de tantos otros lugares, violando las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, cuando lo fundamental es dotarse de instrumentos de arreglo, en materia de justicia y paz. Bajo el paraguas de esta voluntad pacifica, no existe el fracaso, salvo cuando dejamos de perseverar y combatir lo humano en su entidad inseparable de alma y cuerpo, de contemplacion y accion. Sin duda, lo verdaderamente nefasto es no dar ninguna oportunidad para la concordia y que se imponga la discordia, la desunion y la guerra. Los persistentes engaños, asi como las continuas violaciones de derechos humanos, dificultan acercarse a la paz en cualquier region del planeta. Con razon, se dice o se comenta, que para saber caminar por este mundo antes tenemos que aprender a amarnos, con el perfume del nitido verso y la coherencia del verbo.
A nadie le faltan fuerzas para transformarse. Puede que algunos anden escasos de fidelidad o lealtad con la coherencia de lo autentico. Naturalmente, el querer lo es todo en esta vida. Es la voluntad de recorrer el camino de la proteccion lo que nos falla. Las armas no generan nada mas que destruccion y una bofetada a nuestra conciencia colectiva, un embaucador sentido de seguridad, hasta volvernos inhumanos y sin etica alguna. Tenemos que serenarnos, pues. A mi juicio, nos obliga a superar visiones interesadas para abrirse a una concepcion verdaderamente universal del bien comun. Conscientes de la grandeza de este ideal, asi como de las dificultades para lograr los frutos, creo que avalados por el sano sentido de responsabilidad, tenemos que entrar a convenir lo armonico, porque ninguna contienda se gana. Indudablemente, la primera circunstancia para el orden, no es el ordeno y mando, sino el ardor de lograrlo.
Desde luego, si tuviesemos suficiente hermanamiento y empeño de continuidad en el linaje, casi siempre tendriamos medios suficientes para esperanzarnos, porque nuestras opciones vivientes estarian basadas en valores, fruto del compromiso asistencial, que es en ultima instancia la razon, por la que debemos asumir como mision de todos, el fomento de la alianza. A poco que nos adentremos, percibiremos que sin coalicion nada se injerta en el universo que nos llama a la participacion y al peregrinaje del reencuentro. Por eso, precisamos resistir a las tentaciones del orgullo y compartir, alejarnos de la autosuficiencia y la manipulacion, perder el recelo, comprometiendonos con la adhesion y la justicia.
Pongamos, entonces, el caracter de la avenencia en nuestros andares. No existe mayor talento, que un buen talante en el darse y donarse, sin esperar recompensa alguna. Asi es.