‘El dia del Watusi’ baila en el Lliure: “Adaptar esta novela es una locura” : Entretenimiento de España
“La lectura de ‘El dia del Watusi’ te contagia muchas cosas, y una de ellas es una determinada ambicion -apunta Morales, que firma la adaptacion del texto y la direccion del montaje-. Llevarla a escena se convirtio en una obsesion, una especie de Moby Dick. Una locura. Montar esto ha sido como perseguir la gran ballena blanca”. El empeño, señala, ha contado con un aliciente especial: responder a todas las voces que “aseguraban que esto no se podia hacer”. “Enfrentarte a algo asi -añade- es una de las sensaciones mas potentes que puedes tener como artista”.
Extirpacion de la memoria
‘El dia del Watusi’ sigue los pasos de Fernando Atienza, un picaro arribista criado en las chabolas de Montjuïc durante el tardofranquismo a quien, por una serie de peripecias, le corresponde ser testigo del papel que las elites economicas y politicas de Barcelona tienen en la transformacion fisica y moral de la ciudad con la llegada de la democracia (un ejercicio de extirpacion de la memoria ejecutado con tanta soberbia como incompetencia). En el espectaculo del Lliure, el papel de Atienza lo interpreta Enric Auquer, a quien acompañan en escena Guillem Balart, David Climent, Bruna Cusi, Raquel Ferri, Vicenta Ndongo y Xavi Saez.
Auquer destaca que la refutacion del relato oficial de la Transicion que la novela de Casavella planteo hace mas de 20 años (‘El dia del Watusi’ se publico en tres volumenes entre 2002 y 2003) resulta “bastante menos frivola que muchos de los discursos que se hacen ahora en ese sentido” porque, en su caso, “la reflexion politica surgia de una conexion genuina con la calle y no estaba hecha con una intencion partidista ni desde una posicion de privilegio”.
Misa ‘watusiana’
En su estreno como protagonista de un montaje teatral, Auquer lleva a cabo un ‘tour de force’ “absolutamente agotador”. “Al final de la funcion acabo verdaderamente cansado. Por primera vez entiendo eso de dejarse la piel en el escenario”. Igual que el resto del reparto, el actor no solo se las tiene que ver con una prosa “barroca y llena de subordinadas” (aqui los otros interpretes rien y asienten), sino que ademas baila, canta y esta en continuo movimiento durante las cuatro horas. La musica y el baile juegan un papel fundamental tanto en la novela -“si lees a Casavella, lo lees con musica en la cabeza todo el rato”, dice Morales- como en la propuesta escenica.