‘Ramona, adios’, la novela que descubrio a Montserrat Roig como una de las grandes autoras españolas del siglo XX : Entretenimiento de España
Una mujer cuya vida discurrira entre la Primera Comunion, su puesta de largo y el matrimonio con un hombre que le hara sentir vieja cuando le diga al oido cuanto la quiere, que escribira en un diario lo que siente y lo que no, que ira al Liceo y que viajara a Paris, y que contemplara la vida desde el balcon de su casa como una Emma Bovary aburrida y ensimismada. Otra, con aires de mirame y no me toques, una mujer eclipsada y temerosa que revive cuando habla de la guerra y recuerda como buscaba entre los escombros del bombardeo a ese marido que se casara con ella porque es tan limpia y aseada como su madre y que le dira que se quede quietecita en casa, que es una tontaina y una panfila y que tiene suerte de tenerlo a el en su vida. Y una tercera, que descubrira la lucha politica en las asambleas universitarias, el amor y la liberacion sexual en la cama (y fuera de ella) de uno de esos hombres enamorados de su carisma y liderazgo, y que imaginara una vida distinta para ella, para las mujeres de su familia y para las mujeres que vendran.
Son tres mujeres de nombre identico, Ramona. Tres mujeres de generaciones distintas -abuela, madre e hija- a las que llamaran igual, Mundeta. Tres mujeres y tres vidas que compartiran el latido de una misma ciudad, Barcelona, a lo largo de esos años que van desde finales del siglo XIX a mediados del XX, a lo largo de una historia que comienza con el recuerdo de la bomba en el Liceu en 1893 y que transita por la Segunda Republica, la Guerra Civil y el inicio de la reconquista, con el dictador aun vivo, de las libertades y derechos perdidos. Tres mujeres y tres vidas que habitan en las paginas de Ramona, adios, la primera novela de Montserrat Roig, publicada en 1972, que acaba de ser reeditada en castellano por la editorial bilbaina Consonni, con traduccion de Gemma Deza Guil. Son Mundeta Jover, Mundeta Ventura y Mundeta Claret, tres mujeres “que son algo mas que una madre, una hija y una abuela, algo mas que un nombre cambiante o casi mutante”, porque en esas tres vidas de esas tres mujeres, escribe Luna Miguel en el prologo, esta “el reflejo de todas las vidas, o de todas las violencias, o de todas las revoluciones, o de todas las pasiones o de todas las aspiraciones de la feminidad misma”.
Adios, Ramona y bienvenida de nuevo, Montserrat Roig, esa periodista, novelista, presentadora de television, dramaturga ocasional y pionera del feminismo y la reivindicacion de la memoria historica, esa “hija del Eixample barcelones que tan bien reflejo en su novelistica, heredera de los ideales politicos de los vencidos por la guerra civil, militante critica de izquierdas y feminista”, como dijo de ella Anna Maria Moix, que “articulo su obra narrativa de manera sthendaliana, paseando por el camino de la vida”. Antes de morir en 1991, victima de un cancer a los 45 años, Roig firmo, ademas de esta primera, las novelas El tiempo de las cerezas (Premio Sant Jordi, 1977), La hora violeta (1980), La opera cotidiana (1982) y La voz melodiosa (1987), los libros de relatos Molta roba i poc sabo (1971) y El cant de la joventut (1989), ademas de una extensa obra periodistica con obras tan relevantes como Los catalanes en los campos nazis (1977), en la que dio voz a supervivientes republicanos deportados a los campos de concentracion. Pero, a pesar de que en los ultimos años la obra de Roig vive un ligero y nuevo reconocimiento, lo cierto es que muchos de sus titulos estan actualmente descatalogados.
Todo puede cambiar
Maria Mur Dean, directora de Consonni, explica a este diario que la publicacion de Ramona, adios forma parte de una apuesta editorial por “la arqueologia literaria”, que consiste en recuperar titulos, muchos de ellos de los años 70, de autores como Marge Piercy o James Alan McPherson, “que se han ido desinflando o descatalogando por ese mercado editorial obsesionado por las novedades y la sobrepublicacion”. La vuelta a las librerias de Monsterrat Roig -publicaran tambien El tiempo de las cerezas, La hora violeta y La voz melodiosa– responde tambien a una doble vocacion, la de “poner en valor los idiomas minorizados y traducir del euskera, del catalan y del gallego” y la de “responder a esos feminismos que atraviesan tanto nuestras formas de hacer como los contenidos que publicamos”.
En su opinion, la voz de Roig y su mirada feminista sobre los vinculos, el poder y el sistema sigue dialogando con nosotros: “En Ramona, adios Montserrat Roig nos habla del peso de la religion sobre las mujeres en un momento muy concreto, pero tambien habla de la sexualidad y del lugar en el que nos situamos en relacion a la lucha y el amor romantico: cuales son las relaciones que tienen estas mujeres con los hombres de su epoca, con la sociedad y que significa el empoderamiento de las mujeres en cada momento historico. Pero, sobre todo, ella nos recuerda tambien que todo puede cambiar. Roig esta hablando de nosotras, de la historia que han vivido nuestras madres, del intento de ser independientes y de la posibilidad que la historia ha dado a las mujeres para ser autonomas. Y eso es bestial porque lo cuenta al mismo tiempo que avanzan tambien las ciudades y todas las mentiras que subyacen en la construccion de la historia”.
Le faltaron diez años
¿Donde estaria hoy Montserrat Roig si no hubiera fallecido con solo 45 años? “Creo que realmente es una grande, que encontro la muerte demasiado joven y a eso se añade que fue muy incomoda, que no se alineo con nada, se posiciono como antifascista, pero de una manera muy libre y eso siempre se paga”. Y esa opinion de Mur Dean es compartida tambien por la escritora Betsabe Garcia, autora de su biografia Con otros ojos (Roca) y editora de Algo mejores (Debate), una antologia de los textos que Roig escribio en castellano para Tele/eXpres, Triunfo, El Periodico y El Pais entre 1966 y 1983. Garcia recuerda que Roig “muere en noviembre de 1991, habia ido a Estados Unidos a dar clases y volvio cuando supo que tenia cancer, pero en ese momento ya se estaban haciendo tesis doctorales sobre su obra y se estaba introduciendo en antologias sobre literatura española. Lo que pasa es que le faltaron diez años, le falto tiempo, pero estaba alli”.
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Garcia, que tambien cree que Montserrat Roig fue y sigue siendo “la voz catalana por excelencia del feminismo, de lo que fue el progresismo de los años setenta y una de las voces fundamentales para entender el tardofranquismo” se pregunta por que alguien “tan conocido en Cataluña en los años 80 o 90 no tuvo nunca un programa en TV3 y, sin embargo, si lo tuvo en TVE. Era muy critica con el nacionalismo, se habia formado en el comunismo, en el PSUC, y tenia muy clara esa idea de la lucha de clases”.
Una lucha que estara presente en su obra, poblada de personajes de “la clase media empobrecida barcelonesa, su entorno, esa clase media que todavia tiene aires de ricos pero ya no lo son, destrozados por la guerra o el franquismo”. Roig hara autocritica de su propia clase, mostrara sus defectos y lo hara con el punto de vista y la voz de las mujeres, la de esas tres Mundetas que nos siguen hablando ahora y que nos recuerdan, como reivindico tantas veces su autora, que “si hay un acto de amor, este es la memoria”.