Walter Otero: “Coleccionar arte esta de moda” y otras reflexiones a 10 años de su galeria : Entretenimiento de Puerto Rico
El salon es grande. Dos largas paredes blancas le hacen ver espacioso y luminoso. El montaje para la muestra es peculiar. Solo una de las paredes y un pequeño pedazo de la pared con la que converge al final, llevan la carga de la exhibicion. Decenas de cuadros, imagenes, grabados, fotos y pinturas cuelgan alli. Podria decirse que es una de las paredes mas costosas en todo San Juan -miles de dolares en arte de algunos de los artistas plasticos mas grandes de Puerto Rico y el mundo-, pero Walter Otero dira que no le interesa el dinero. No. Su vida, su trayectoria, se trata de mucho mas que eso.
Sentado frente a la muestra, se remontara, entonces, a sus inicios en este mundo extravagante. Recordara una de sus primeras lecciones. “Cuando yo compre mi primera obra de arte, que fue un grabado de [Rafael] Tufiño que valia $200, yo lo pague de 20 en 20. Yo fui donde el galerista, con una cara de lechuga, a decirle: ‘Mira, yo te puedo comprar esto, pero yo te puedo dar $20 semanales’. Y el me dijo que si. Ahi empece a comprar como un nene chiquito. Empece a comprar, como un loco, obras que conservo, que no estan a la venta, tienen un valor sentimental”.
Walter Otero tampoco es un tipo humilde. No tiene por que serlo. Su estatura en la escena de las artes es algo que ha ganado a fuerza de su trabajo. No tiene por que esconderlo, y no lo hace: gafas grandes y oscuras, barba filosa, camisa Louis Vuitton, zapatos Versace con patron de leopardo y un delicado Rolex plateado con numeros en verde oscuro y elegante en la muñeca izquierda.
La gente le dice que parece reguetonero, pero esas banalidades le resbalan. “Yo empece como galerista y era el tipo mas aburrido, siempre trajeado, bien formal, espejuelitos, y un dia dije: ‘¿Sabes que? Ya llego la etapa de dar un cambio’”, cuenta.
Para Walter, el que diran es solo eso, que diran. “Esto yo lo hago para mi porque lo hago con un proposito. No es ego, no es prepotencia. Yo no lo estoy haciendo pensando que esta esperando la sociedad de mi o que el mundo del arte en Puerto Rico esta esperando de mi. Ya yo no miro eso, eso yo lo miraba cuando yo era un rookie”.
Aunque lleva 20 años trabajando con el arte plastico y la gestoria cultural, su galeria oficial y mas reciente, Walter Otero Contemporary Art, en Puerta de Tierra, cumple su decimo aniversario este año. Pero Walter no olvida cuando las cosas eran distintas, cuando todavia no era Walter Otero.
“Yo llevo diez años en este espacio, pero yo empece en el 2003, mi primer espacio, un espacio alquilado en aquel momento sumamente pequeño. Era el momento de que pagaba las cosas con una tarjeta de credito. No habia dinero. Al principio yo era todo: un Cuca Gomez. Yo buscaba las piezas en el estudio del artista. Yo la llevaba a enmarcar. Yo la recogia en el enmarcador. Yo la colgaba en la pared. Yo llegaba temprano, limpiaba la galeria, limpiaba el baño. Todo lo hacia yo”, recuerda con una sonrisa.
Ahora, cuenta con facilidades especializadas y empleados que se encargan de esas labores. Se puede dar el lujo de ser selectivo y cuidar de su tiempo. “En los origenes no era asi. Era un proceso en que venia una persona a ver la pieza varias veces. Ahora no, ahora entran y ya tu sabes por donde lo vas a tocar. A mi me gusta que la persona este segura de lo que esta comprando”.
Durante los pasados 20 años, ademas de vender y exhibir arte, Walter tambien ha dedicado tiempo a encontrar la version idonea de si mismo, al menos a nivel publico. La evolucion de su galeria es tambien la evolucion de su persona. Su espacio cuenta tanto sobre su historia como sus palabras.
“Antes de estar aqui, yo funcionaba como un motor. Todo el mundo sabia de Walter Otero, pero nadie sabia cual era la cara de Walter Otero. Este espacio me dio eso”.
En ese tiempo tambien ha aprendido a prescindir de lo que no le gusta o interesa. Solo hace cuatro exhibiciones al año, por ejemplo, y tampoco tiene interes en realizar ferias de artes o eventos de ese tipo.
Pero tambien tiene que haber balance. Es necesario ser flexible. “Tengo que ser menos. ¿Como se llama la palabra? Menos insoportable”, dice, y rie.
Reconoce la influencia de grandes maestros en su formacion autodidacta. “Yo empece trabajando con un artista. El artista tenia una gran relacion con su galerista siempre, y era Maud Duquella. Maud aqui es posiblemente la galerista, la mujer galerista mas importante que este pais ha dado. No es solamente por los años y la consistencia y la calidad de artistas que trabajaba, era como ella trabajaba por los artistas. Yo asisti a Maud en la galeria en varias ocasiones porque la ayudaba a cubrir las vacaciones de un empleado o lo que fuera”, dice.
Fue alli que emprendio su viaje a este mundo de extravagancia, lujo y cultura. “Tu ibas a la galeria y te sentias como que trabajar en el estudio es una cosa, pero aqui es otra. En la galeria me enamore de esa dinamica de elegancia, de recibir a la gente, hablarle de los cuadros. Ser un anfitrion para este grupo ‘elite’, en cierta manera en aquel momento”.
Y es que una ambicion ardiente, de la que todavia quedan rastros, le corria por las venas. “Tenia muchas ganas de ser parte de la historia, porque yo vengo de una familia humilde, vengo de ser un anonimo. Nacido en Mayagüez, viviamos en Sabana Grande y estudiaba en San German. El arte no se conoce alla”, menciona.
Como parte de la celebracion de los 10 años de su galeria, se llevara a cabo una exhibicion curada especialmente y que lleva por titulo “Multitudes”. La seleccion cuenta con piezas de Virgil Abloh, fallecido director creativo de la coleccion para hombres de Louis Vuitton; obras del frances Yve Klein, el japones Takashi Murakami, los estadounidenses Keith Haring, Jeff Koons, Alex Katz y Jasper Johns, del ingles Damien Hirst y el hungaro Victor Vasarely y de los artistas puertorriqueños Francisco Rodon, Ángel Otero, Jose Lema, Arnaldo Roche, Jun Martinez y Juan Salgado, entre otros.
Mas alla de un estilo de vida, el arte, para Walter Otero, es una vision de mundo, una apuesta a largo plazo, una inversion de tiempo y de recursos que requiere paciencia, que requiere cuidado y que requiere talento. Walter ha sabido escoger las flores que siembra en su jardin, como y cuando regarlas y, en especial, cuando estan listas para recogerse.
“Yo cuando me enamoro de la cabeza de un artista, lo defiendo. Esa es la parte mia, defenderlo”, dice, mientras reconoce que ahora hay una fiebre por comprar arte. “Coleccionar esta de moda”, explica.
Pero detras de toda la fachada de galerista y vendedor, Walter sabe que la formula consiste principalmente en una cosa: “Esto aqui se hace con mucho corazon”.
Mirando la seleccion de piezas que ha curado para celebrar los 10 años de su espacio, lo ilustra, de repente, una epifania.
“Llega un momento que tu no tienes que demostrarle nada a nadie. Hablas con tus artistas, les dices: ‘Yo te represento, pero yo voy a llegar hasta aqui’. Tenemos a Ángel Otero, que ahora lo representa una galeria mundialmente, 18 sucursales. ¿Que yo hago? Cuando me mandan tres cuadros, yo los cojo porque ya yo hice lo que tenia que hacer por el. Anoche se vendio un Ángel Otero en $304,800. En esa cantidad se vendio un cuadro de Ángel Otero en subasta anoche. Yo tengo 20 guardados, mios. Esa es la satisfaccion. Estamos trabajando para eso”.