La escritora puertorriqueña Marta Aponte Alsina presenta en España su novela “La muerte feliz de William Carlos Williams” : Entretenimiento de Puerto Rico
BARCELONA.- La escritora puertorriqueña Marta Aponte Alsina, con ancestros en Mallorca, tuvo claro nada mas descubrir la figura de Raquel Helena Hoheb, a partir de un libro autobiografico de su hijo, el poeta norteamericano William Carlos Williams, que merecia una novela, “La muerte feliz de William Carlos Williams”.
En una entrevista con Efe, despues de participar en Barcelona en el Festival KmAmerica, la autora de Cayey ha explicado que llego a esta mujer, una de las pintoras de Puerto Rico mas importantes del siglo XIX, tras leer un ensayo del latinoamericanista Julio Ramos en el que aludia a la autobiografia de Williams y quedo “asombrada” de lo que alli se contaba sobre la poblacion de Mayagüez, de donde esa mujer era originaria.
A la vez, empezo a indagar en las relaciones entre el poeta, conocido sobre todo por una obra como “Paterson”, y su progenitora, alguien a quien amo, con la que convivio durante años en su casa de Rutherford (Nueva Jersey), donde ejercia de medico, pero que tambien fue su antagonista.
Para Marta Aponte, el vinculo que se establece entre una madre y su hijo “suele ser problematico de un modo u otro, porque hay alli una relacion de poder y tambien puede haber un exceso de afecto o un rechazo, lo que marca la personalidad y la conducta de ambos”.
Por ello, argumenta, “no es una relacion tan natural como parece, al menos en nuestra sociedad, pueden surgir de ella muchas fricciones”.
En esta busqueda del pasado de estos dos personajes, la novelista cuenta a los lectores de “La muerte feliz de William Carlos Williams” (Candaya) como era el Mayagüez de hace mas de cien años, asi como el Paris de 1878, donde vivio Raquel y donde fue discipula de Carolus-Duran, reconocido pintor academico, de linea neoclasica, alejado de las corrientes que entonces revolucionaban el arte de la pintura.
Buceando, especialmente, en la peripecia vital de esta mujer, de ascendencia francesa y que acabo casandose en Estados Unidos con un hombre nacido en Inglaterra, pero criado en la Republica Dominicana, Aponte Alsina apunta que Raquel es “aviesa, traviesa, atraviesa”.
Un personaje que acabo enajenado de su ambiente natal, de su familia y su pais, y que tambien tenia la capacidad de “sumergirse en la interioridad de otras personas por su clarividencia”, ademas de conseguir “liberarse de las trabas que le intentaron imponer gracias a su capacidad, percepcion e imaginacion”.
Establecida la familia en Rutherford, junto a Nueva York, donde Raquel tenia familia, en la casa de los Williams “todavia se hablaba en español y se recibian muchas visitas del Caribe, con lo que, aparentemente, William Carlos el primer idioma que registro fue el español, lo que es interesante, porque es ver como un gran poeta en lengua inglesa incorporo sonidos en este idioma”.
A la vez, en ese hogar “eran muy aficionados a los espiritus, practicaban el espiritismo, lo que en esa epoca no parecia tan mal como posteriormente, con el auge de la medicina”.
Describe Marta Aponte que “la atmosfera de la casa del niño que luego sera un poeta reconocido estuvo marcada por el idioma español, por visitantes de la isla, por sesiones espiritistas, y por la madre en trance cuando menos lo esperaban”.
Con una prosa envolvente, la escritora tampoco deja pasar que era una familia “prodiga en secretos” que “no son accesibles, no son violables”, aunque algunos tienen que ver con relaciones de parentesco con alguien como Mary Shelley, autora de “Frankenstein”.
Por otra parte, en esta novela hay un capitulo dedicado a la abuela de Marta Aponte, Fermina Diaz Lopez, que murio antes de que ella naciera, y que, sin convocarla, se le aparecio en plena escritura y penso que si podia protagonizar unas paginas, a manera de homenaje y reivindicacion de una vida dedicada al trabajo y a la familia, madre como fue de once hijos.
Sobre el titulo de la obra, Aponte señala que tiene que ver con el momento en el que Raquel Helena Hoheb fallecio, con mas de cien años, y su hijo “al ver su placidez expresiva, escribio a un amigo y le dijo que su madre parecia una princesa egipcia”.
Feliz de haber podido participar en el primer festival KmAmerica, de “organizacion impecable”, Marta Aponte Alsina, antes de regresar a Puerto Rico, ha viajado a Madrid, donde tiene varios amigos, y tambien a Mallorca en busca del cementerio en el que esta enterrada la madre de Francisco Alsina Nicolau, uno de sus antepasados.
Por Irene Dalmases