Comunidad boricua en Connecticut: valiosas aportaciones que han pasado desapercibidas : Noticias de Puerto Rico
Hartford, Connecticut – Elena Marie Rosario nacio en esta ciudad, en 1992, en una familia empecinadamente puertorriqueña, que llego de Ponce, Gurabo y Cayey; vive aferrada al castellano, come arroz con habichuelas, escucha salsa y musica jibara y, el 6 de enero de cada año, se suma al mar de banderas boricuas que inunda la calle Park para ver el desfile del Dia de Reyes, con camellos y todo.
Su familia inmediata, su comunidad, Clay-Arsenal, el historico barrio boricua de esta ciudad, en fin, su universo, es apasionadamente boricua. Otra fue la historia, sin embargo, cuando Elena Marie salio del barrio boricua, llego a la escuela, empezo a interactuar con la institucionalidad y entro al ancho mundo del resto de Hartford y de Connecticut.
Los puertorriqueños son una presencia notable en este estado desde mediados del siglo pasado, cuando llegaron, primero, a trabajar en las siembras de tabaco y, despues, atraidos por la promesa de prosperidad de uno de los estados mas ricos de Estados Unidos.
En años recientes, han tenido unos logros notables. Hartford, la capital, por ejemplo, donde una tercera parte de la poblacion se identifica como puertorriqueña, tuvo dos alcaldes boricuas en la pasada decada. Pero, segun portavoces de la comunidad, la historia de los puertorriqueños aqui ni se enseña ni se menciona. Su presencia no es reconocida como parte del tejido social del estado ni son de ninguna manera especial visible en la institucionalidad de una de las jurisdicciones mas ricas, pero, a la vez, mas desiguales de Estados Unidos.
Son, en resumen, virtualmente invisibles.
“Yo creci en este ambiente que era bien, bien puertorriqueño, muy rico culturalmente. Pero, cuando iba a la escuela, no aprendia nada acerca de eso en mis clases de Historia. Todo lo que aprendia era historia americana, desde una perspectiva muy blanca”, dice Elena Marie. “Mi padrastro llego aqui de adolescente y logro ser dueño de una muebleria que, en su mejor momento, fue muy exitosa. Yo veia su historia y pensaba: ‘Él estaba muy orgulloso de ser americano. ¿Por que los americanos no estan orgullosos de nosotros?”, agrega.
Elena Marie, hoy de 31 años, hace un doctorado en Historia en la Universidad de Michigan y escribe una tesis sobre la historia de la migracion puertorriqueña a Connecticut, con el proposito de ayudar a resolver la falta de conocimiento de las aportaciones de la comunidad boricua en este estado. Pero su historia, y la manera en que entendio que despues de decadas siendo la minoria hispana mas numerosa aqui los boricuas continuan sin ser reconocidos, ilustra de manera milimetrica algunos de los mas importantes desafios de la diaspora puertorriqueña en Connecticut.
Como en otros estados, los boricuas comenzaron a llegar aqui como obreros agricolas; en este caso, en fincas tabacaleras de las que todavia se ven por el estado. Con casi 300,000 personas que hoy se identifican como puertorriqueños aqui, Connecticut no es el estado en que mas boricuas viven (es el sexto, despues de Florida, Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey y Massachusetts).
Pero, con 8% de la poblacion de origen boricua, Connecticut, que tiene 3.6 millones de habitantes, si es el estado con mayor proporcion de puertorriqueños en todo Estados Unidos. Su capital, Hartford, donde el 33% de la poblacion se identifica como puertorriqueña, es una de las ciudades en todo Estados Unidos con mayor proporcion de boricuas. Las dos ciudades mas pobladas de Connecticut, Bridgeport y New Haven, tienen 20% y 16% de poblacion puertorriqueña, respectivamente.
Los dos sistemas de educacion publica mas grandes del estado –Hartford y New Haven– son actualmente dirigidos por educadoras puertorriqueñas. La santaisabelina Leslie Torres-Rodriguez dirige las escuelas publicas de Hartford y la sanlorenzana Madeline Negron, las de New Haven. El secretario de Educacion de Estados Unidos, Miguel Cardona, un hijo de aguadeños que fue comisionado de Educacion de Connecticut, nacio y se crio en la ciudad de Meriden, a 21 millas al sur de Hartford.
Hartford ha tenido dos alcaldes puertorriqueños: Eddie Perez, quien dirigio la ciudad desde 2001 hasta que renuncio en 2010 –en medio de un escandalo de corrupcion por el que fue convicto primero y exonerado despues en apelacion–, y Pedro Segarra, quien lo sustituyo, gano la reeleccion en 2011 y fue derrotado en primarias democratas en 2015. Ha habido legisladores estatales y municipales boricuas por años, pero nunca congresistas federales boricuas del estado de Connecticut.
Enormes desafios
Aparte de esos logros, la diaspora puertorriqueña en Connecticut, que afirma su presencia en organizaciones culturales y en seis distintas paradas y festivales en el estado, enfrenta desafios en alguna medida parecidos a los de otras comunidades boricuas en Estados Unidos, pero, en su caso, incluso, de mas gravedad.
Investigaciones del academico puertorriqueño Charles Venator Santiago, profesor de Ciencias Politicas de la Universidad de Connecticut (UConn), revelan que los puertorriqueños son los hispanos mas pobres de Connecticut y que, incluso, sus niveles de pobreza son mas altos que los de los boricuas en otros estados. Ademas, ganan salarios inferiores a otras minorias, tienen bajos niveles de educacion, dificultades para procurarse vivienda y, en terminos generales, ocupan los empleos menos diestros de todos.
“Lo que vemos, en general, en Connecticut, es que el nivel de pobreza entre los puertorriqueños es mas alto que el del resto de los latinos. Los salarios son mas bajos, en parte por el nivel de educacion, que tambien es bastante bajo. Hay muy pocos puertorriqueños que logran graduarse de la universidad”, dice Venator Santiago, quien es parte del Instituto de Estudios Latinos, Caribeños y Latinoamericanos y de la Iniciativa de Estudios Puertorriqueños, entidades adscritas a la UConn.
Los estudios del profesor Venator Santiago indican que el nivel de pobreza entre puertorriqueños en Connecticut es de 32%, el mas alto entre los hispanos. Los puertorriqueños, que una vez fueron el 85% de los hispanos en Connecticut, son hoy el 59%.
En Hartford, el 40% de los 40,770 boricuas de la ciudad esta bajo el nivel de pobreza, lo cual es apenas un poco mas bajo que el 44% de pobreza en Puerto Rico. Otras ciudades de gran poblacion puertorriqueña tambien tienen altos indices de pobreza entre boricuas. Eso son los casos, por ejemplo, de Waterbury (36%) y New Haven (30%).
“Los puertorriqueños generalmente tienen los ingresos mas bajos de todos los grupos minoritarios. Los negros tienen ingresos comparables. Los puertorriqueños estan en una posicion bastante desigual en el estado. Lo que me dicen los puertorriqueños en la calle es que siempre les pintan que Connecticut es un estado con calles de oro, y la gente llega y no consigue el dinero que le prometieron”, dice Venator Santiago, quien agrega que estudios indican que las personas que logran mejorar su situacion economica se van de Hartford y de las otras grandes ciudades del estado a estados vecinos o a suburbios.
La situacion de los puertorriqueños se complica por la falta de poder politico.
A pesar de que son un numero significativo de la poblacion, sus niveles de participacion en los procesos politicos, al igual que en otros estados, es bajo. Por ejemplo, en la ultima eleccion por la alcaldia de Hartford, donde viven 40,000 puertorriqueños, apenas 10,000 personas votaron en la eleccion del democrata Luke Bronin, quien saco 7,638 votos. El puertorriqueño Perez, intentando una improbable resurreccion politica, quedo segundo, con 1,221 votos como candidato independiente.
Fiona Vernal, una academica jamaiquina de la UConn que ha estudiado la diaspora puertorriqueña en el estado, dice que los boricuas solo suelen interesarse en la politica si hay candidatos con raices en Puerto Rico. Pero, agrega que en el estado no se ve a muchos puertorriqueños formandose a traves de las distintas instancias de vida publica, con el fin de adquirir experiencia o reconocimiento para aspirar a puestos politicos.
“Para que haya candidatos puertorriqueños, tiene que haber gente con experiencia politica. Tienen que venir del concejo municipal, de la junta escolar, por ejemplo. Eso se esta empezando a ver ahora, gente metiendose a la fila para adquirir alguna experiencia y cualificar para ser candidatos”, sostiene Vernal.
Venator Santiago atribuye el problema a que muchos puertorriqueños, incluso los que llevan decadas viviendo en Connecticut, siguen viendose a si mismos como ciudadanos en transicion hacia otros estados o, incluso, de regreso a Puerto Rico y reacios, por lo tanto, a involucrarse o comprometerse politicamente.
Ademas, Connecticut tiene lo que se conoce como un “sistema cerrado”, que requiere a las personas a afiliarse a un partido o declararse independientes al registrarse para votar. Si se declaran independientes, como es el caso de la mayoria de los puertorriqueños, quedan excluidos de los procesos internos y se enteran de quienes son los candidatos al llegar a la eleccion general.
“Connecticut tiene uno de los sistemas de votacion mas restrictivos de la nacion”, sostiene Venator Santiago.
Recogedores de tabaco
Hay reportes de puertorriqueños llegando a Connecticut desde los años 40 del Siglo XX; mayormente, personas que habian alcanzado cierto nivel economico en Nueva York llegaban hasta aca buscando una vida mas tranquila. Pero, fue a partir de 1952 cuando, en acuerdo con el gobierno de Puerto Rico, empezaron a traer obreros para los campos tabacaleros que empezo a desarrollarse una verdadera diaspora puertorriqueña en esta region.
De los campos tabacaleros, se fueron desplazando primero a Hartford, que era la ciudad mas cerca y, de ahi, a otras poblaciones del estado. Comenzaron haciendo los trabajos mas basicos, como la construccion, mantenimiento y lavando platos en restaurantes, explico Vernal. Eventualmente, fueron trayendo sus familias o formando las propias aca y, para el tiempo en que acabo el programa de migracion de obreros tabacaleros en la decada de 1970, ya habia una numerosa comunidad puertorriqueña en el estado, que, a su vez, fue atrayendo a otros boricuas, incluso de mayor nivel economico o educativo, a la zona.
“Cuando la poblacion empieza a crecer, es cuando los trabajadores dejan las fincas y se vienen a las ciudades. Ya que los puertorriqueños son ciudadanos americanos, pueden hacerlo y no les pasa nada, excepto que tienen que buscar otros empleos”, relata Vernal.
A pesar de las dificultades, Elena Marie dice que una mirada panoramica permite aquilatar el avance de los puertorriqueños en Connecticut a traves de las decadas. Por ejemplo, dice, numerosas asociaciones hispanas asistiendo en las necesidades de la enorme comunidad latinoamericana en Connecticut fueron comenzadas por puertorriqueños, que fueron el primer gran grupo hispano en el estado.
“En Connecticut, hay vibrantes comunidades mexicanas, dominicanas, centroamericanas. Eso es un legado de la inmigracion puertorriqueña”, dice Elena Marie.
Puede, agrega, que una mirada al estado de la comunidad puertorriqueña actual haga pensar que no ha habido avances. Pero, la mirada a largo plazo de la historia de los puertorriqueños en Connecticut le dice que, aunque puedan parecer lentos, ha habido avances. Tambien, se reconoce como avance el establecimiento, por ley, de clases electivas de historia de las comunidades hispanas en las escuelas publicas.
“Los puertorriqueños llevan tanto tiempo aqui que se han profesionalizado. Hay medicos, abogados, gente de negocios, de seguros”, agrega Pablo Delano, artista puertorriqueño, profesor de Arte en Trinity College, de Hartford e hijo del legendario fotografo Jack Delano.
“Como historiadora, porque yo leo los archivos, puedo ver los cambios. Al estar enfocados en nuestras propias situaciones, no vemos los cambios a largo plazo. Cuando yo crecia, tuvimos dos alcaldes puertorriqueños en Hartford. Tenemos una superintendente de escuelas puertorriqueña en Hartford. No veo eso como progreso muy lento. Quizas no es al nivel que otra gente hubiera deseado, ni significa que todo es grandioso. Queda trabajo por hacer. Pero estamos logrando cosas”, concluye, por su parte, Elena Marie.