Trastornos de la Conducta Alimentaria: Ideas para repensar los contextos en la alimentacion : Entretenimiento de Argentina
Hace 10 años, en 2012, se establecia el 30 de noviembre como el Dia Internacional contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) para visibilizar la importancia de la prevencion y deteccion precoz de este tipo de alteraciones alimentarias y remediar la estigmatizacion y el exceso de juicios sociales que, de forma frecuente, rodean a este tipo de enfermedades. Valorable aporte profesional del Colegio de Nutricionistas bonaerense para este medio.
Los trastornos de la alimentacion son afecciones psicologicas que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en areas importantes de la vida. Se clasifican como: Anorexia Nerviosa; Bulimia Nerviosa; Trastorno por evitacion y restriccion de la ingesta de alimentos; Trastornos de rumiacion; y Trastorno por Atracon, entre otros.
Existen ciertos factores para desarrollar un TCA: predisponentes, desencadenantes y de mantenimiento. Estos factores pueden combinarse entre si y de su interaccion surge el trastorno. “Entre los factores predisponentes se encuentran los componentes sociales y culturales: cultura de la delgadez, ideal de belleza, sociedad de consumo, ideal de juventud eterna, y practicas dietantes. Se entrelaza con esto lo que menciono como iatrogenia nutricional”, señalo la licenciada en Nutricion (MP 6322), Laura Morgan, quien integra la comision de Capacitacion, Docencia e Investigacion del Colegio de Nutricionistas de las Provincia de Buenos Aires. Y agrego: “La iatrogenia es el daño no intencional ocasionado por el profesional de la salud a pacientes, sus familiares u otras personas”.
El contexto cultural dietante y la delgadez como valor, sumado a la exposicion a imagenes corporales poco realistas, como sucede en las redes sociales donde priman las imagenes provistas de filtros, puede influir en las percepciones sobre su propio cuerpo, como tambien su propio sentido de satisfaccion corporal.
Asimismo, la nutricionista manifesto: “En lugar de referirme a Trastornos de la Conducta Alimentaria, en mi dialogo cotidiano elijo hablar de padeceres en el vinculo con los alimentos o la alimentacion. No son pocas las violencias que hemos ejercido como colectivo de profesionales de la salud al estigmatizar personas encorsetandolas en sus diagnosticos. La palabra trastorno la considero muy patologizante. Esto tiende a encorsetar los padeceres, a un individualismo de los procesos salud-enfermedad y a una concentracion en el diagnostico mas que en el abordaje desde la construccion de salud. Esta perspectiva no niega la necesidad de diagnostico puesto que la construccion sobre la cual prestamos servicios de atencion y tratamiento, precisa que tengamos uno”.
En los trastornos de la conducta alimentaria, el diagnostico y abordaje es en equipo. Si no hay equipo, no hay tratamiento que funcione. En ese sentido, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires sostiene que los y las nutricionistas tienen un rol fundamental como acompañantes de estos procesos, actuando como promotores de la salud a la par de otros profesionales que tambien son actores claves para abordar estos tratamientos. Ademas, la institucion advirtio sobre la posibilidad de desarrollar acciones iatrogenicas.
Morgan explico, citando a la antropologa social y cultural Lina Masana, que la practica de los tratamientos nutricionales se enmarca homogeneizando una dieta ‘normal’ a traves de lo que define como proceso de normalizacion dietetica. Las recomendaciones nutricionales pueden conllevar en algunos casos una imposicion dogmatica, que se centra exclusivamente en los aspectos biologicos del individuo y su enfermedad soslayando otros aspectos sociales, vinculares, culturales, individuales asociados a las practicas alimentarias, propiciando ciertas consecuencias negativas: responsabilidad individual y culpabilizacion en un contexto de sobrevaloracion de la delgadez y cultura de la dieta.
“Considero que para abordar estos padeceres, sin dejar de atender las particularidades de cada caso, es preciso traer la dimension de la determinacion social de la salud. Los trastornos de la alimentacion no son un problema de las personas por su tipo de personalidad, son padecimientos que gestamos colectivamente, entonces la salida tambien es colectiva”.
Finalmente, la nutricionista propuso intervenir y concientizar sobre las formas de la comunicacion: “No podemos seguir perpetuando y validando comparaciones de ‘antes y despues’; tomando posicionamientos rigidos de ‘alimentos saludables y no saludables’; hablando sobre dietas o modos de comer que son la panacea. Asumiendonos un saber hiperespecializado y superior de la alimentacion suprimiendo la construccion dinamica, colectiva, popular y deseante de nuestra manera humana de comer”.